El comportamiento de las bolsas en la sesión del pasado viernes genera la pregunta que se plantea en el título del post de hoy. La ruptura de los primeros niveles de soporte abre la posibilidad de que la ruptura de los máximos anteriores no haya sido más que una trampa alcista. Por ello, el comportamiento que tengan esta semana será clave en una dirección o en otra. Y, desde luego, la evolución del EUR/USD (rompiendo la zona de resistencia clave situada entre 1,1460 y 1,1530) y del oro (resolviendo al alza el periodo de pausa triangular tras las subidas previas) no son elementos, en principio, que deberían apoyar a las bolsas.
En este gráfico se analiza la evolución del Eurostoxx50 contado en base diaria. La vela bajista del viernes cerró por debajo de la zona de soporte situada entre los 3.064 y los 3.045 puntos, zona en donde se sitúa el máximo de la onda 4 del proceso bajista desplegado entre noviembre y febrero que no se pudo superar consistentemente en marzo, y el segundo de los huecos alcistas abiertos dentro del movimiento de aceleración alcista iniciado a principios de abril.
La ruptura de esta zona que, por cierto, no se logró recuperar el lunes, pone una verdadera zancadilla al proceso de recuperación alcista que se inició a principios de abril. Sin embargo, es aún pronto como para pensar en la cancelación definitiva de ese impulso. De hecho, el índice se mantiene aún por encima de la media de 50 sesiones la cual presenta, además, pendiente alcista. Por otro lado, encontramos el soporte de Dinapoli (punto en el que se encuentran el 38,2% del periodo completo de subida iniciado en febrero y el 61,8% del segundo tramo de subida iniciado en abril) en el 2.974 con lo que es aún demasiado pronto como para calificar de trampa alcista lo ocurrido estos últimos días.
Por lo tanto, la ruptura del 3.045 en cierre fue motivo suficiente como para liquidar las posiciones largas que se pudieran haber abierto a principios del mes de abril y las que se pudiesen haber añadido entre el 3.070 y el 3.090. Sn embargo, esto no es motivo para haber iniciado posiciones cortas. De hecho, se debería aprovechar cualquier caída al entorno de los 2.975 para volver a construir posición larga la cual deberá ligarse a un stop por debajo de 2.942 en términos de cierre.
En este gráfico se analiza la evolución del Ibex contado en base diaria. El selectivo español perforó el nivel de los 9.123/9.140 (último mínimo creciente del movimiento alcista iniciado en abril) en términos de cierre el viernes lo que debe ser percibido como una señal clara de pérdida de impulso alcista.
Sin embargo, está siendo capaz de mantenerse por encima del desdoblamiento del canal alcista original y, sobre todo, por encima del nivel de los 8.880 en donde se sitúa el segundo de los huecos alcistas del movimiento que se inició en abril (cuidado, la isla del 27 de abril podría considerarse como el hueco de agotamiento!), por lo que aún es pronto como para disparar las alarmas. E incluso en el caso de que esto ocurriese, el soporte de Dinapoli situado entre el 8.677 y el 8.743 aún daría soporte a la estructura alcista que se inició en febrero.
Por lo tanto, el cierre por debajo de 9.140 debió de ser motivo suficiente como para cerrar parcialmente las posiciones largas que se hubiesen podido abrir a principios de abril y las que se hubiesen podido añadir posteriormente. El resto de las posiciones deben seguir manteniéndose mientras no se pierda el 8.880 en términos de cierre.