Parecía el apocalipsis, los miedos y temores inundaban los parqués mientras se iban acumulando las incesantes y crecientes órdenes de venta por parte de los inversores. Los mercados drenaban como buenamente podían y los números rojos comenzaban a teñir a las Bolsas, unos guarismos que empezaban a originar dramáticos titulares en los medios de comunicación.
Pero como no podía ser de otra manera, papá Estado, en este caso papá BCE, acudió al rescate, o mejor dicho, tan sólo necesito pronunciar unas palabras tranquilizadoras para que los mercados no sólo se tranquilizasen, sino incluso que se girasen y comenzasen a subir al margen de lo que hiciese el petróleo, China, las materias primas.
Pues sí, así de simple somos y así de predecibles, y Mario Draghi conoce muy bien la psicología de masas y hace buen uso de su dote oratoria haciendo escuchar a los inversores lo que éstos desean escuchar.
Para empezar, mantuvo los tipos de interés sin subirlos, algo totalmente esperado. Hasta aquí ninguna novedad. El mensaje mágico fue el siguiente: “el BCE tiene una amplia variedad de herramientas a su disposición y actuará si es necesario. Recalibraremos la política monetaria en la próxima reunión (marzo)”. Y, claro, las interpretaciones no se hicieron de rogar, ahora se piensa que en marzo podría haber novedades y nuevas medidas que depreciarían al euro y fortalecerían las Bolsas.
Sea como fuere, porque es curioso cómo se pueden torcer las palabras a nuestro antojo (una cosa es calibrar el escenario y otra diferente es cambiarlo y tomar medidas al respecto, pero bueno, todo es posible, qué duda cabe), las reacciones en los mercados no tardaron en aparecer.
Primero con el euro depreciándose frente al dólar, nada del otro mundo, pero al menos supuso un impass dentro de la tendencia que venía arrastrando.
Segundo con las Bolsas europeas, que formaron un suelo, al menos temporal, desde el cual están rebotando al alza, no de manera exagerada, pero al menos la sangría se ha frenado.
Si me permiten un consejo… ni antes estábamos tan mal ni ahora después del mensaje del BCE estamos tan bien, todo se mueve a base de temores, incertidumbre, interpretaciones, sensaciones. Calma y paciencia, los mercados abren todos los días, siempre hay tiempo para ganar o perder dinero, no se preocupen.