El euro alcanzó en la apertura del día un nuevo mínimo de más de 11 años, al quebrar 1,11. Desde allí, inició una rápida recuperación que puede extenderse a las próximas horas, aún cuando su tendencia bajista es marcada y profunda.
El motivo de la nueva baja de la moneda única, que fue acompañada por otras divisas como la libra esterlina (mínimo de un año y medio), y el dólar australiano (valor más bajo de más de cinco años), pasa esta vez por la victoria que, en las elecciones parlamentarias anticipadas, obtuvo en Grecia la agrupación de extrema izquierda Syriza.
Su líder, Tsipra, debió moderar su discurso radical de las últimas semanas, cuando prometía poco menos que salir del euro y dejar un tendal de deudas (más de 300.000 millones de euros) a la deriva. Su victoria de la víspera, por amplio margen, le dio aire no solo para reafirmar sus intenciones, ahora algo atenuadas, ante el electorado y también ante el resto de Europa.
Grecia recibió en los últimos años más de 240.000 millones de euros en su mayoría destinados a refinanciar deudas, a cambio de un severo plan de ajuste de la economía, impulsado por la llamada "troika", cuyo factor de presión más fuerte es Alemania.
Los mercados reaccionaron con temor en la sesión asiática, aunque el euro se aleja ahora mismo de 1,1097, el mínimo que alcanzó a primera hora y, como queda dicho, podría seguir un camino alcista de corto plazo. Ya son muchas las voces a esta hora que evalúan como exagerada la pérdida de la moneda única, que supo rozar 1,40 hace no más de 8 meses.
El real problema para Europa viene a partir de ahora. Del éxito o fracaso de Grecia se podrá deducir en poco tiempo que posibilidades reales tiene otra agrupación del mismo estilo e ideas de Syriza que comanda las encuestas de opinión en España; se trata de Podemos, una corriente política que creció al amparo de los desaciertos de los partidos políticos mayoritarios españoles.
Pero España no es Grecia. España es la cuarta potencia europea, y representa mucho más en el contexto de la eurozona que el magro 2% griego. Paradójicamente, un éxito de Syriza en Grecia podría ser incluso más perjudicial para el euro que una gestión desalentadora.
La moneda única tiene, pues, un desafío gigante por delante. Mientras el BCE colocará 60 mil millones de euros al mes, Grecia amenaza con no pagar sus 300 mil millones de deuda, en momentos en que la incertidumbre se apodera del ánimo de los mercados del viejo continente. En nuestra opinión, alrededor del mes de abril habrá un panorama más claro de como puede avanzar la salida de la crisis de la eurozona, con un euro mucho más fuerte que en estos momentos.
En Alemania se conoció, en tanto, la encuesta IFO de clima de negocios, sin cambios importantes, lo cual también le dio algo de aire al euro. No se esperan noticias de relevancia para la sesión americana.
El resto de las divisas siguieron el camino del euro, aunque sin fundamentales que lo justificaran. El petróleo fue una vez más la nota relevante, con un nuevo mínimo de más de cinco años, que puede extenderse a las próximas horas, buscando en el corto plazo la zona de 40 dólares.
La semana ofrece como atractivo principal la primera (de ocho) reuniones de política monetaria de la Fed, encabezada por su presidente, Janet Yellen. De sus decisiones también dependerá en gran parte el rumbo que tomen las monedas durante todo 2015.