Seguimos en línea con lo que hace un par de días comentábamos, aunque el ritmo ha sido más rápido de lo que yo podía esperar en un principio. Ayer tuvimos una jornada muy positiva y que rompía con el tostón de las últimas sesiones. Sin embargo, el IBEX se encontraba con una vieja conocida y tras estar más de dos horas coqueteando con ella, hizo lo que más se podía esperar de él: darse la vuelta. Hoy ha sido la confirmación de ese giro, con una caída superior del 2% y perdiendo los 8.500 puntos, liderado por el sector financiero, en vísperas de los test del estrés, y Telefónica (MC:TEF), tras presentar sus resultados.
De seguir con el guion, el IBEX debería continuar con esta fase correctiva, tras haberse impuesto de nuevo la directriz bajista del último año. También hemos cerrado el Brexit gap, pero no superado con solvencia, ejerciendo también su efecto resistencia. Tras la sesión de ayer, dejamos el tope de esta tendencia alcista de julio en los 8.720. El siguiente nivel pasaría por irnos próximos a los 8.300 puntos, como indicamos el martes. Desde el punto de vista continuista de las subidas, esto simplemente sería un aplazamiento, no el fin, aunque también sería una pérdida de fuerza en dicha directriz. Mientras no perdamos los 7.857 podemos permanecer relativamente tranquilos y esperanzados.