Tras un trimestre dedicado en gran parte a consolidar las enormes ganancias previamente obtenidas, el dólar estadounidense va a requerir toda nuestra atención durante el tercer trimestre de este año. Es posible que repunte de nuevo, siempre y cuando los datos económicos estadounidenses y la retórica de la Reserva Federal apunten a un movimiento de tipos en septiembre, que sería la primera subida en más de nueve años.
Recapitulemos brevemente los movimientos del dólar estadounidense en lo que va de año: el billete verde superó con sobresaliente el 1T, mientras que el euro ni siquiera llegó al aprobado, una combinación que ha contribuido a que el euro/dólar se mantenga en un peligroso descenso hasta situarse por debajo de 1,0500 a mediados de marzo en previsión del programa masivo, y sumamente recalcado, de expansión cuantitativa del Banco Central Europeo previsto para principios de marzo.
La clarividencia del mercado
Pero, desafortunadamente, la bajada del euro/dólar se registró unos días después del arranque real de las compras del programa de expansión cuantitativa del BCE, en tanto que el mercado había valorado de forma exhaustiva el tema antes de que ocurriese y a la vista de que, a medida que iba transcurriendo el primer trimestre, los datos estadounidenses dibujaban un panorama cada vez peor respecto del crecimiento negativo en EE.UU.
Seguidamente, en el 2T, hemos sido testigos de una contracción continuada en el EUR/USD debido a los movimientos que han perturbado el mercado de bonos europeos. Aparentemente, todo ello se debe a que los traders de bonos han sobrestimando su capacidad para hacer frente a las compras de bonos del BCE.
Por tanto, incluso una vez iniciadas las compras del programa de expansión cuantitativa, los bonos soberanos europeos desde Grecia hasta Portugal sufrieron irónicamente enormes pérdidas desde finales de abril hasta junio. Todo ello dio lugar a picos más altos en los diferenciales de bonos solo unas semanas después de las grandes especulaciones en torno a la posibilidad de que el BCE o los bancos centrales nacionales de la UE fueran a ser incapaces de encontrar bonos suficientes que comprar.
Se requieren signos evidentes
Por tanto, ahora que nos adentramos en el 3T, para que la venta masiva del euro/dólar estadounidense recupere su ritmo habitual, es necesario que veamos signos de que el BCE es capaz de evitar que el mercado de bonos europeos esté fuera de control (de no ser así, en algún momento, los diferenciales disparados de los países de la periferia van a convertirse en un gran estresante para Europa y para el euro).
Además, de cara al EUR/USD y al panorama general del billete verde, es necesario que los ciclos de datos de EE.UU. de junio a agosto muestren una progresión suficiente con vistas a que la Fed agilice e incremente su perspectiva de subida de tipos. En concreto, el escenario puede plasmarse si los datos de Estados Unidos muestran que la tasa de desempleo ha seguido bajando y, en especial, si el crecimiento de los salarios se sitúa durante dos meses por encima del rango establecido en 2009, que recoge una subida del 2,3% interanual.
En el 3T tenemos la posibilidad, por primera vez en más de nueve años, de ser testigos de una subida de tipos real de la Reserva Federal estadounidense en la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) de septiembre, un movimiento que podría insinuarse con claridad en la reunión de julio en caso de que los datos económicos de junio, en concreto el aumento de sueldos y salarios, sean especialmente sólidos.
Llegados a este punto, la Fed agradecerá cualquier excusa para normalizar los tipos, tanto si se trata de consideraciones políticas (una subida de tipos viene a ser una palmadita en la espalda que permite afirmar que las políticas de estos últimos cinco años han sido todo un éxito) como para tener algo con lo que trabajar en el caso de que la recuperación, que ya es un tema obsoleto, arroje signos de estar flaqueando poco después de la primera subida de tipos. Ante las previsiones de que haya que esperar a finales de 2016 para que la tasa de interés de los fondos federales alcance el 1,00%, hay mucho margen para un ajuste al alza de las expectativas en la evolución de los tipos de la Fed.
Las mejores estrategias en el mercado de divisas:
Posición corta en el euro frente al dólar estadounidense y al yen
Tras un largo proceso de consolidación durante el pasado trimestre, y más en el caso del euro/dólar estadounidense, prevemos que la tendencia a la baja del euro se reanude en el 3T, aunque para ello es posible que sea necesario que los diferenciales de los bonos europeos frenen su escalada en relación con los diferenciales estadounidenses.
Posición corta en el dólar australiano frente al dólar neozelandés y el dólar canadiense
Cuando una estrategia de negociación "secundaria" sale a la luz, resulta demasiado tentador hacer caso omiso. Ante el riesgo a la baja del dólar australiano y del dólar neozelandés, hay margen para posiciones cortas en el dólar canadiense.
Posición corta en el franco suizo a través de opciones
Las perspectivas de normalización del franco suizo pueden mejorar drásticamente una vez alcanzada una solución en el tema de Grecia, y las posiciones largas en el euro/franco suizo y/o opciones call en el dólar estadounidense/franco suizo son maneras de operar con el franco suizo a la baja.