Con los mercados a pleno tras de la pausa del lunes, se aprestan a recibir las noticias del día, que pueden generar otro impulso alcista al dólar: las órdenes de bienes duraderos, y el índice de confianza del consumidor, emitido por el Conference Board.
Pero este movimiento en verdad es consecuencia de los que ya se produjeron entre el viernes y en la mañana europea del martes. En sendas declaraciones, la presidente de la Fed, Janet Yellen, y el vice presidente, Stanley Fischer, dejaron en claro que el organismo que conducen elevarán los tipos de interés durante 2015, cuestión alrededor de la cual prácticamente viven los mercados desde hace casi dos años. La mayoría de los analistas coinciden en que esto sucederá no en la reunión de junio, sino en la de septiembre próximo.
Los funcionarios se muestran muy prudentes, y la mejor síntesis de ello son las palabras de Fischer: "¿Qué es mejor, elevar los tipos más tarde y abruptamente, o antes y gradualmente? Si se eligiera la primera opción, ante la aparición de un problema, sería muy difícil llevarlos a cero, o casi a cero, como están en la actualidad."
El discurso de Yellen fue en la misma dirección, pero haciendo hincapié en una cuestión que asoma más básica aún. Si no hay inflación, no hay subas de tipos; y por ahora, no hay atisbos de que la inflación se acerque al 2% anual, meta de la Fed.
De todas formas los mercados, ávidos de noticias, premiaron al dólar, y lo siguen haciendo en estas horas. La novedad principal pasa por la fuerte baja del yen, algo que podía pasar luego de varios días de permanecer en un muy estrecho rango de precios, algo bien típico de la moneda nipona.
El yen llegó a primera hora a un mínimo de casi 8 años, y si se cumple el objetivo de una figura de continuación de tendencia medida en gráficos mensuales -de largo plazo-, podría alcanzar 127,50/128 en los próximo meses, lo cual haría sonreir con ganas a los funcionarios del Banco de Japón (BoJ), que sin esfuerzo lograrían un cometido que vienen buscando desde enero de 2013.
En ese contexto, el euro también se vio perjudicado por el alza del dólar, con una fuerte baja de la cual intenta recuperarse, luego de perder la cota de 1,1050/60, que significa un cambio de tendencia de alcista a bajista de mediano plazo. Si bien la moneda única no había logrado modificar su actual instancia a la baja medida en gráficos mensuales, parecía posible verlo en 1,16, valor que veíamos como muy probable hace pocos días. Pero el viernes, el euro recibió un fuerte castigo, del que le será difícil reponerse.
En la sesión americana del martes, sin embargo, podría tratar de acercarse a 1,10, para lo cual deberá quebrar la zona de 1,0960, fuerte resistencia. Dependerá de los datos de Estados Unidos mencionados al principio, pero también de los avances en las negociaciones eternas que mantienen Grecia con sus socios. No tenemos muchas dudas acerca de que un acuerdo será alcanzado, pero la incertidumbre que se crea alcanza para acentuar el mal momento del euro.
La libra esterlina también cae ante el dólar, aunque en forma atenuada. La moneda británica, sin informes desde Reino Unido que motiven un movimiento importante, ya había caído la semana pasada desde 1,5815, y los principales indicios de que puede seguir en una senda bajista son el quiebre de una línea de tendencia alcista en 1,5525, y los indicadores de gráfico diario, fuertemente volcados a la baja.
Como se ve, una jornada que por ahora favorece ampliamente al dólar, sin que por el momento se observen cambios de tendencia relevantes.