Grecia trata de no caer en default, situación a la que podría llegar en pocos días si no llega a un acuerdo con el Eurogrupo. Los líderes financieros de los socios europeos mantienen una nueva reunión en Bruselas, al tiempo que las autoridades políticas griegas, alemanas y francesas mantienen sendos contactos telefónicos que, en otras circunstancias, ni siquiera llegarían a conocimiento de la opinión pública, y que en estos momentos toman especial relevancia.
Así, hora por hora, se van sucediendo reuniones, declaraciones, impresiones, dichos y entredichos, mientras el reloj corre y ya no se cuentan por semanas ni meses, sino por días, puntualmente el próximo 28, los plazos para llegar a una solución.
Grecia ofreció el jueves un plan, rechazado por Alemania, que exige, a cambio de los pedidos desesperados griegos, que acentúe medidas de austeridad que su gobierno justamente prometió abolir al llegar al poder.
Los antecedentes de este tipo de situaciones generan optimismo, pero el euro sufre los vaivenes de un manejo de cosas que es poco prolijo. Al modo en que decide habitualmente el Banco Central Europeo (BCE), con lentitud y a menudo con falta de reflejos, se está dejando para el último día la salida a un problema que pudo ser resuelto semanas atrás.
Justo es reconocer que esta vez el BCE aparece como menos responsable que el nuevo gobierno de Grecia, que ya sufrió, en pocos días, un desgaste que otro gobierno hubiera padecido en años.
El euro sufre la situación. No cae en forma sustancial, aunque tampoco logra superar 1,1440/50, lo cual le permitiría tomar aire en el corto plazo. Más teniendo en cuenta que a partir de marzo una lluvia de euros caerá sobre Europa, con un probable impacto negativo sobre su precio.
En otro orden, la libra esterlina inicia una nueva tendencia bajista, medida en el gráfico de 4 horas. Las ventas minoristas cayeron en enero por debajo de lo esperado, y la baja de la libra fue inmediata. En los gráficos diarios aún cabe, sin embargo, la posibilidad de que se trate de un movimiento de pocas horas, aunque una apertura, el día lunes, por debajo de los niveles actuales - 1,5355/60, extenderá las pérdidas de la monedas británica.
El resto de las monedas líderes, sin cambios y con pocas probabilidades de cambios de dirección importantes en el corto plazo. El petróleo, que el jueves volvió a trastabillar y perdió la cota de 50 dólares ante un inventario de crudo con cifras por encima de lo esperado en Estados Unidos, recuperó terreno a última hora y le dio aire al peso mexicano y al dólar canadiense.
Precisamente, el Loonie se verá afectado en la sesión americana con el único dato macro del día, las ventas minoristas en Canadá, informe previsto para las 8:30 del este.