Al contrario de lo que se suele pensar, la inflación guarda una escasa relación con la impresión de dinero y tiene una mayor relación con su velocidad de circulación (mucho gasto y poco ahorro). Y en un mundo en el que se imprime realmente poco dinero aunque se crea mucho electrónicamente al emitirse deuda y en el que se crea más al otorgarse créditos por los bancos comerciales (cuando ello era así), no tiene sentido la vieja idea que viene de la época en la que se emitía certificados de oro (el origen del dinero en papel) por un oro que realmente no existía.
Es decir, no tienen sentido las ideas que se identifican con un sistema monetario que no tenemos y están vaticinando una hiperinflación por las políticas de flexibilización cuantitativa que está adoptando la Reserva Federal y los Bancos Centrales de Japón e Inglaterra.
Estas instituciones sólo están creando deuda, la cual se caracteriza por su exigibilidad inmediata o mediata. Y mucha deuda en el sistema sólo puede llevar a que en algún momento los acreedores se pongan nerviosos por la posibilidad de no recuperar el principal, ya que ahora se conforman con sólo cobrar intereses.
Si esto último sucede… se venderá deuda, los bonos caerán de precio y subirá el tipo de interés, ¡pero lo que realmente sucederá es que los acreedores querrán dólares!
Por esa sencilla razón los QE no han podido devaluar el dólar ante el asombro de todos aquellos que han pronosticado poco menos que su desaparición por la descontrolada emisión monetaria. Pero al emitirse más deuda, lo que realmente ocurre es que se hace al dólar más escaso. Mucho bono, poco dinero real.
Cabe esperar por lo tanto, el mismo efecto que se produjo a partir de 1930. En aquel entonces, lo que básicamente hubo fue un proceso de desapalancamiento natural pero con apreciación brutal del dólar, lo que diluyó el efecto de tal desapalancamiento. Por ello el Gobierno de Estados Unidos se vio forzado en 1933 a confiscar el oro como única alternativa para poder devaluar el dólar, en el entorno de una economía deflacionaria en la que el billete verde se llegó a apreciar un 75% y en la que se vio diluido el efecto desapalancamiento (vía quiebras) de una caída del 90% del Dow Jones y todas sus consecuencias internacionales.
Ahora bien… ¿qué harán esta vez si entramos en una espiral deflacionaria, cae el mercado de acciones y se aprecia el dólar? En efecto, tal vez nació el que tiene la respuesta, pero aún no la ha pensado y mucho menos la ha escrito. En el actual sistema no se puede devaluar por decreto ni tampoco uno se imagina contra qué, ni se puede controlar el valor del oro si fuera posible hacerlo frente al metal que por tradición ha sido valor refugio.
Estas son las ideas para la semana del 24 al 28 de febrero.
Mercado de acciones: El Dow y el S&P 500 no han podido con la últimas resistencias, por lo que las próximas dos semanas (en las que se cumplirán 5 años desde el suelo de 2009) son clave para determinar si ha llegado el momento de al menos recortar todo lo subido desde entonces. Ello es lo que está en juego esta vez, no una corrección del 5% o 10%.
Sin novedades por una semana pasada plana, habrá que estar atentos al posible inicio de una profundización de la última corrección y al continuar en ella.
Mercado de divisas: El EUR/USD tocó el 1,375 que nos obsesionaba y también algo más, cerrando algo por debajo. Si la estructura está completa, ahora viene una caída sostenida de seis a ocho semanas.
El último máximo del GBP/USD importa modificar una figura de muy largo plazo, pero con iguales consecuencias a la anterior. Hay mucho alcista en la libra según las encuestas de sentimiento, tal vez demasiados.
En el EUR/JPY no pudo llegar a 142,5 y no alcanzó niveles de corrección proporcional semejantes a los de la bolsa norteamericana, con la que estuvo muy correlacionada últimamente, y sinceramente liderando el camino. Ahora esa debilidad relativa, es un signo preocupante tanto para la renta variables como para este par, que seguirá los designios del mercado de acciones por la simple razón de que el mercado no sigue fundamentales sino que se mueve por sentimiento y psicología.
Commodities: El petróleo west texas subió a los 102 y ya está acoplado a un movimiento general alcista de las commodities. El índice CRB está en la media de 200 semanal ahora mismo, y su superación confirmaría un tamo alcista que daría impulso a muchas materias primas. Ello puede ser alcista para los emergentes y bajista para los mercados de acciones de países desarrollados y especialmente desastroso para Japón. Veo el movimiento del CRB como una consecuencia más que un catalizador, que está poniendo una parte más del puzzle en el esquema general del mercado.
Intereses: En interés del bono a 10 años USA ha seguido subiendo y aun puede subir un poco más, pero luego espero que caiga para completar una corrección de la primera onda de impulso alcista que viene desde 2012.
La semana pasada dije: "quiero ver qué hace la Fed si ello llegara a ocurrir (si luego de la corrección el interés sube y lo hace mucho)… ¿Subirá tipos? No os sorprendáis, siempre han ido detrás de la curva, no por delante". Y esta semana pasada conocimos actas en las que ese tema ha sido puesto en el tapete por más un miembro de la Reserva Federal. Por supuesto, ellos lo saben.
Oro y plata: Seguimos alcistas en el corto plazo, preocupando que el sentimiento sea tan complaciente en una etapa tan primitiva del rebote. Pero que en definitiva viene a confirmar que estamos "sólo" en una corrección, aunque en una grande. Específicamente estamos en la corrección del tramo de caída 1800-1180 en el oro, por lo que oportunamente esperamos al menos 1040 y por ello mismo, estamos esperando que se muestren figuras para abrir cortos (tal vez en una zona apenas por encima de 1432 entre otras posibilidades que aparecerán a medida que el rebote se desarrolle).
Fin de la cita.