Las bolsas europeas tuvieron una apertura tranquila, favorecidas por cierta subida de los futuros estadounidenses. Sin embargo, de forma abrupta y por sorpresa, se ha desatado una poderosa ola de ventas que ha cambiado completamente la sesión, registrándose caídas superiores al 2% en estos momentos.
De nuevo, la absoluta debilidad de los índices se ha hecho palpable, en una situación que ya empeora la que vimos el pasado verano. El dramatismo es bastante evidente, y esta vez, cuenta con una dosis de incertidumbre que dificulta más aun el análisis.
Hay elementos negativos muy claros, pero todos ellos albergan dudas. El petróleo es el más identificable, pero cabe preguntarse el porqué de la falta de seguidismo de las bolsas cuando el crudo recupera posiciones.
El sector bancario europeo es otro de los elementos más bajistas, pero tampoco es algo tan novedoso como para que afecte ahora de forma tan desmesurada. Las dudas sobre la economía china y sus activos son también una constante, pero esta semana permanecerán cerrados sus mercados, por ser la festividad del nuevo año.
La desaceleración de la economía americana también parece un hecho. El dato de empleo del viernes dejó una interpretación ambivalente y poco concluyente: sin duda, la creación de empleo quedó muy por debajo de lo esperado, pero, por otro lado, la tasa de paro descendió al 4,9%, y sobre todo, los ingresos laborables crecieron.
El movimiento de los activos tras el dato fue errático (dólar al alza, Wall Street a la baja, descuento de posibilidades de subidas de tipos subieron para luego volver a bajar), lo que vuelve a ratificar las enormes dudas que presenta este mercado.
Da la sensación de que los grandes inversores no quieren participar en un mercado repleto de interrogantes, hasta que haya algún elemento que aclare el panorama. Y nadie sabe dónde puede aparecer ese elemento, si en los bancos centrales, si en los datos macro, si en unos precios más bajos que los actuales…
Wall Street cerró el viernes con fuertes caídas. El S&P 500 perdió un 1,85%, mientras que el Nasdaq se dejó mucho más, hasta un 3,25%. El mal comportamiento de los valores tecnológicos continua en Europa en el día de hoy, siendo uno de los sectores más bajistas.
El Nikkei, por su parte, ha ascendido un 1,1%, ante nuevas bajadas del Yen.
La segunda semana del mes siempre es la más descafeinada en cuanto a datos macroeconómicos. Hoy hemos conocido unos datos de Producción Industrial de España en diciembre por debajo de lo esperado, y lo mismo ha ocurrido con el índice de confianza sentix de la zona euro.
En EE.UU. no conoceremos referencias. En resultados empresariales tendremos los de Loews (N:L), Hasbro Inc (O:HAS) y Twenty-First (O:FOXA).
El EUR/USD vuelve a subir hasta 11,70, tras caer tras el dato de empleo el viernes. El crudo, por su parte, pierde un dólar en las dos últimas horas.
En resumen, el escenario es el más complicado y bajista que se recuerda. La mayoría de selectivos están ya por debajo de los niveles de agosto del año pasado, cuando los miedos a un fuerte aterrizaje de la economía China alcanzaron máximos.
Hay varios factores negativos de forma desordenada sobre la mesa, pero, aun así, la sobreactuación de las bolsas vuelve a aparecer clara, y probablemente se corregirá con intensidad próximamente. Pero no es posible precisar cuándo.