Ponferrada (León), 11 oct (.).- Los alcaldes de Ponferrada y Cubillos del Sil, Olegario Ramón y Antonio Cuellas, respectivamente, han celebrado este lunes el anuncio de que Endesa (MC:ELE), en alianza con Urbaser, pondrá en marcha en la comarca leonesa del Bierzo la primera planta de reciclaje de baterías de vehículos eléctricos en la península, si bien han reclamado más proyectos que generen empleo para compensar el cierre de la central térmica de Compostilla II.
Según ha informado este lunes la compañía eléctrica, la planta, que requerirá una inversión de 13 millones de euros, entrará en operación a finales de 2023 y nace al amparo del Plan Futur-e de Endesa, con el que la compañía paliará el final de la operación de la central térmica de Cubillos del Sil, que ya se encuentra en proceso de desmantelamiento.
Este proyecto, más los otros 6 restantes aprobados para El Bierzo, se han seleccionado, dentro del Plan Futur-e, para revitalizar dicha comarca a través de un programa que prevé la ocupación del emplazamiento de la vieja central térmica, así como el uso de equipos que se utilizaban en la instalación.
Estas iniciativas suman alrededor de 160 nuevos puestos de trabajo y una inversión que supera los 260 millones.
Al respecto de estas previsiones, los regidores de Ponferrada y Cubillos del Sil, municipio en el que se instará la planta, reclaman iniciativas que tengan mayor incidencia en el empleo para poder paliar la crisis que generó el fin de la minería en la comarca y el cierre de las centrales térmicas.
"La proyección de creación de empleo con estos proyectos es muy escasa", ha señalado Ramón a Efe, mientras que Cuellas respalda esta opinión y ambos mantienen la esperanza de que los proyectos seleccionados finalmente puedan constituir el origen de un futuro polo de economía circular, de proyectos energéticos y de innovación.
En las nuevas instalaciones de Cubillos del Sil, serán adaptadas, para su reutilización, aquellas baterías que admitan esta operación.
Las restantes serán descargadas eléctricamente, desmontadas y sometidas a un proceso de separación y trituración que permitirá reciclar los materiales presentes, como plásticos, aluminio y cobre, así como el 'black-mass' (la fracción rica en metales estratégicos, de gran valor en Europa, como son el cobalto y el níquel, ambos esenciales para la fabricación de nuevas baterías).
Aunque la planta se prevé que entre en operación a finales de 2023, la actividad logística se iniciará con antelación, por lo que la recogida, el transporte y el almacenamiento de las baterías se adelantará para garantizar el volumen necesario que, en su momento, permita arrancar la planta a pleno rendimiento.
Estas actividades generarán unos 50 empleos directos, más un número de indirectos aún por cuantificar.
La planta satisfará la demanda de reciclaje tanto en España como en Portugal, con una capacidad de tratamiento anual de 8.000 toneladas de baterías eléctricas.
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