Bruselas, 24 nov (.).- La Comisión Europea defendió este jueves su propuesta para establecer un tope de 275 euros por (MWh) pese al malestar que ha generado en prácticamente todas las capitales bien porque es prácticamente imposible de activar o porque podría generar problemas en la seguridad de suministro.
A su llegada a la reunión extraordinaria de ministros de Energía de la UE en Bruselas, la comisaria Kadri Simson reconoció las "preocupaciones" que han sido expresadas desde que el martes desvelara el diseño del llamado "mecanismos de corrección" del gas pero arguyó que "está basada en el mandato" dado por los jefes de Estado y de Gobierno.
"Es una propuesta extraordinaria pero los tiempos también son difíciles y tenemos que estar preparados, podemos necesitar esa herramienta si nos enfrentamos a otro periodo de precios de gas extremadamente altos", enfatizó.
Frente a las dudas de países como Alemania y Países Bajos sobre los problemas de suministro que podría ocasionar el tope al gas, la titular de Energía del Ejecutivo comunitario dijo que el proyecto legislativo tienen en cuenta esta posibilidad y afirmó también que "no se activará salvo si es realmente necesario".
Son precisamente estas salvaguardias las que han provocado la indignación de muchas capitales que desde hace tiempo reclaman a la Comisión una propuesta para limitar el precio de las compras de gas y a quienes la propuesta ha decepcionado.
"Hemos leído algunas reacciones exaltadas en los medios, así que espero que la discusión de hoy sea bastante picante", auguró el ministro de Industria de República Checa, Jozef Síkela, cuyo país ostenta la presidencia de turno de la UE y que reiteró su disponibilidad para convocar tantas reuniones extraordinarias como sean necesarias.
Por su parte, la ministra de Transición Energética de Francia, Agnès Pannier-Runnacher, apuntó que la propuesta de Bruselas "no es suficiente" y "hay que ir mucho más lejos" en la respuesta al aumento del precio del gas con el objetivo de proteger la competitividad de la industria europea en el mercado global.
En una línea similar se expresó la ministra de Medio Ambiente y Energía de Malta, Miriam Dalli, quien criticó que "las condiciones que han sido impuestas hacen improbable o casi imposible activar el mecanismo": "Esto no es lo que habíamos pedido, la propuesta no se ajusta definitivamente al objetivo", enfatizó.
"El tope al precio del gas que está ahora sobre la mesa no satisface a ningún país, es un tipo de broma para algunos de nosotros", subrayó la ministra polaca de Energía, Anna Moskwa.
Frente a estas posiciones, la estonia Riina Sikkut se alineó con las tesis de Berlín y La Haya y defendió la necesidad de poner el acento en garantizar la seguridad de suministro, por lo que cualquier tope al precio del gas "tiene que ser temporal y sólo para incrementos extremos".
La comisaria Simson, consciente de que las divergencias sobre el tope al gas de los Estados miembros, mostró su "esperanza" en que los Veintisiete sean capaces de sacar adelante otras propuestas que también tienen sobre la mesa, como el impulso a las compras conjuntas de gas, las nuevas normas de solidaridad o el reglamento que acelerará temporalmente los permisos para las energías renovables.
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