Berlín, 17 oct (.).- El Consejo de Ministros alemán aprobó hoy el aplazamiento hasta el 15 de abril del cierre de las tres últimas plantas nucleares del país, inicialmente previsto para final de este 2022, pero modificado por la crisis energética precipitada por la guerra en Ucrania.
La decisión, adoptada el pasado lunes por el canciller Olaf Scholz pese a la falta de un acuerdo al respecto entre sus socios verdes y liberales, implicará elevar al Parlamento una nueva regulación, que deberá estar lista a mediados de noviembre para poder entrar en vigor.
Scholz hizo uso en este caso de sus competencias especiales, práctica a la que se recurre raramente en Alemania, y ordenó a los tres ministerios implicados -el de Economía y Protección del Clima, el de Finanzas y el de Medio Ambiente- elaborar la correspondiente normativa y abrir el trámite parlamentario.
Las tres últimas plantas- Isar 2 y Neckar 2, en el sur del país, y Lingen, en el centro- quedarán definitivamente desconectadas el 15 de abril, garantizó ayer Scholz en una comparecencia ante los medios.
La decisión adoptada por el canciller zanja el pulso entre el ministro de Economía y Protección del Clima, el verde Robert Habeck, y el de Finanzas, el liberal Christian Lindner, y se considera una solución de compromiso con la que todas las partes salvan la cara.
Habeck, a cuyo partido le costaba encajar cualquier tipo de aplazamiento del apagón nuclear, había avanzado el pasado septiembre la posibilidad de que quedaran dos de esas centrales en situación de reserva, mientras que la tercera se desconectaría según lo previsto a final de este año.
El Partido Liberal (FDP) de Lindner insistía en que debían quedar las tres plantas en funcionamiento hasta 2024 y proponía incluso reactivar alguna de las que quedaron recientemente desactivadas.
La decisión de Scholz de recurrir a sus competencias especiales siguió a la resolución aprobada el fin de semana por el congreso federal de los Verdes respaldando la fórmula de Habeck de dejar en situación de reserva dos de esas plantas y desconectar la tercera.
Pese a ello, se da por hecho que la nueva modificación superará el trámite parlamentario y obtendrá el respaldo también por parte de la formación ecologista.
El propio Habeck y su correligionaria y ministra de Medio Ambiente, Steffi Lemke, consideraron "asumible" la decisión adoptada por Scholz. Esta implica que no será preciso usar nuevas varillas de combustible -ni se generará más basura radioactiva-, sino que hasta el 15 de abril se seguirá con las existentes.
El aplazamiento era difícil de asumir por los verdes. Supone una nueva modificación en el calendario del apago nuclear, impulsado primero por el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder en 2000, con los Verdes como aliados, y recuperado en 2011 por la conservadora Angela Merkel, a raíz de la catástrofe de la central japonesa de Fukushima.
Con la crisis energética actual, el Partido Socialdemócrata (SPD) de Scholz empezó a barajar una prolongación de la existencia de las tres últimas plantas en función de la situación energética del país, mientras los liberales apremiaban por reactivar también alguna de las ya desconectadas.
Los Verdes, un partido para el que el adiós a la energía es casi una señal de identidad, encajaron la opción de mantenerlas en reserva, pese a alegar que esas tres plantas en activo proporcionan apenas un 6 % del total del consumo eléctrico.
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, Alemania ha logrado una reducción acelerada de su dependencia energética respecto a Moscú.
Si en febrero un 55 % del total de importaciones de gas procedían de ese país, ahora el porcentaje bajó al 9 %, tras sustituirse por envíos de Noruega, Países Bajos y Bélgica, principalmente.
Los depósitos de gas se encuentran ya por encima del 95 % de su capacidad, un nivel que esperaba alcanzarse a principios de noviembre para garantizar el abastecimiento necesario en los meses de invierno.
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