Bruselas, 25 oct (EFE).- El enfado del primer ministro británico, David Cameron, por los más de 2.100 millones de euros extra que la Comisión Europea (CE) reclama a Londres desvió la atención de otro tema clave debatido en la cumbre europea: el examen con lupa de los presupuestos de Francia e Italia para 2015.
El Ejecutivo comunitario podría pedir la próxima semana a varios Estados miembros de la zona euro ( Italia, Francia, Austria, Eslovenia y Malta, publicó el diario británico Financial Times), que revisen sus planes presupuestarios, si constata un grave incumplimiento de los objetivos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
Sería la primera vez que eso ocurre, y podría ser muy mal percibido en los países en cuestión.
Precisamente las conversaciones sobre el presupuesto italiano motivaron un enfrentamiento público entre el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y el presidente saliente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, en la primera jornada de la cumbre.
La razón exacta fue la decisión "unilateral" de Roma de publicar en la página web del ministerio de Economía y Finanzas italiano una carta confidencial de Bruselas con una advertencia sobre el presupuesto italiano.
En ella, el vicepresidente de la CE y comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Jyrki Katainen, advierte al Gobierno de Renzi de que el proyecto presupuestario de Roma, "planea violar los requerimientos puestos a Italia bajo el brazo preventivo del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC)".
Barroso precisó que la CE está en consultas "informales" con varios Gobiernos, que en algunos casos son bastante técnicas y que la Comisión considera preferible que tengan lugar en un clima "de confianza mutua".
Pese a las advertencias, Italia no espera "particulares preocupaciones ni problemas", señaló Renzi el viernes al término de la cumbre europea.
El déficit de Italia ya se sitúa por debajo del límite del 3 % del PIB exigido por las reglas de la eurozona, pero debe alcanzar el equilibrio el próximo año, y su deuda supera el 133,8 % frente al techo del 60 % del PIB permitido.
Sin embargo, en su plan presupuestario, Roma ha retrasado unilateralmente en dos años, hasta 2017, la fecha en la que alcanzará el equilibrio presupuestario y ha suavizado el ritmo de reducción de la deuda en los próximos años.
El presidente de Francia, François Hollande, aseguró durante la cumbre que continua el diálogo con la Comisión sobre el presupuesto.
"Consideramos que hemos hecho lo que teníamos que hacer", recalcó Hollande, que se refirió a medidas como la reducción del déficit estructural, el ahorro de 21.000 millones de euros, que consideró "histórico", y reformas estructurales significativas.
El líder francés se mostró dispuesto a hacer "los ajustes que convengan y que permitan respetar el tratado y nuestros compromisos", y recordó que Francia quiere "preservar todas las condiciones para el crecimiento" y aplicar el "máximo de flexibilidad" permitida en los tratados.
"Esperamos que las informaciones, las explicaciones y los detalles que ofreceremos permitan hacer comprender a la CE que respetamos el tratado con el máximo de flexibilidad, pero que lo respetamos preservando el crecimiento y el empleo".
El Gobierno francés cree que Bruselas no pedirá a su país más recortes y no rechazará su proyecto presupuestario, que incluye una previsión de déficit por encima del límite del 3 % del PIB.
El déficit francés será este año del 3,9 % (frente al 4,3 % en 2013) y el Gobierno trabaja con la hipótesis de que se quede en el 3,4 % en 2015, incumpliendo el anterior compromiso de situarlo por debajo del 3 %.
De acuerdo con la programación presupuestaria, eso sólo ocurrirá dos años más tarde.
Cameron, por su parte, aseguró en la cumbre que no pagará el 1 diciembre la suma "inaceptable" que exige la UE al Reino Unido ante la mejora de su economía y para que se ajuste así al presupuesto comunitario.