Por Jesús Aguado
MADRID (Reuters) - La banca española encara las pruebas de estrés del BCE con cierto optimismo aunque posibles pérdidas ocultas en créditos a empresas y particulares y su baja rentabilidad auguran meses todavía difíciles para un sector que sigue convaleciente.
Las entidades pequeñas acaparan el foco del mercado mientras los grandes bancos no han conseguido abstraerse a los efectos de la mayor caída del crédito en medio siglo y tampoco han dejado atrás aun el ciclo de venta de activos y reducción de costes para reforzar su balance.
"Podemos tener confianza en que la banca española obtendrá buenos resultados en las pruebas que el Banco Central Europeo ha realizado antes de convertirse en el Supervisor Único", dijo el miércoles el ministro de Economía Luis de Guindos tras recordar la gran reestructuración del sector.
Una fuente conocedora del proceso de revisión de activos (AQR) que se está llevando a cabo en paralelo de las pruebas de estrés dijo que una de las grandes obsesiones del regulador europeo había sido verificar que las entidades clasificaban créditos similares en las mismas categorías de riesgos.
La exposición total de la banca española a créditos de empresas -- sin atender a importe y plazos -- ascendió a agosto a 568.022 millones de euros mientras que la mora sigue por encima del 13 por ciento, según datos del Banco de España.
Muchos economistas, como el profesor de la Universidad de Alcalá, José Carlos Díez, también recuerdan que otra piedra en el zapato de la banca española es su baja rentabilidad en un entorno de tipos en mínimos.
En la actualidad, las siete entidades españolas cotizadas tienen de media un retorno sobre capital (ROE) del 4,3 por ciento, muy lejos de los retornos de doble dígito de antes de la crisis.
El retorno sobre activos (ROA) es apenas del 0,2 por ciento, cuando antes superaban el 2 por ciento, según datos de Thomson Reuters.
(Editado por Julien Toyer)