PARÍS (Reuters) - La crisis del suministro de combustible en Francia aún no ha terminado, aseguró el sábado el ministro de Transporte, mientras el primer ministro Manuel Valls fue citado diciendo que estaba dispuesto a expulsar de los puertos y depósitos a los manifestantes que se oponen a los planes de reformas laborales.
Valls ha asumido una dura postura contra el sindicato CGT, que ha encabezado las huelgas que han provocado el cierre de refinerías e interrumpido el suministro de combustible en las últimas dos semanas.
Tras una reunión entre el Gobierno y representantes de la industria petrolera, el ministro de Transporte, Alain Vidalies, dijo que la situación en los depósitos de combustible estaba mejorando, pero que la crisis causada por las huelgas no se había acabado completamente.
"En algunas regiones la situación casi ha vuelto a la normalidad", dijo Vidalies tras una reunión con Valls. "En otras regiones seguimos alerta, pero no podemos decir que la crisis se haya terminado", agregó.
Vidalies agregó que las intervenciones para despejar bloqueos en los depósitos podrían continuar si fuera necesario.
El Gobierno también advirtió a las compañías en contra de posibles subidas de precios de los combustibles.
"La instrucción es ser razonables en términos de precios", dijo Francis Duseux, presidente de la Federación de la Industria Petrolera francesa, después de la reunión, y agregó que algunos sectores estaban tratando de beneficiarse de la situación.
En una entrevista con el diario francés Le Parisien, Valls dijo que estaba decidido a aprobar las reformas laborales y que sentía que las protestas no escalarían más.