Bruselas, 13 oct (.).- La organización europea de consumidores, BEUC, pidió este miércoles a Estados Unidos que no utilice las negociaciones en el seno del Consejo de Comercio y Tecnología con la Unión Europea para intentar rebajar la ambición de la UE a la hora de regular en áreas como la inteligencia artificial o las plataformas de internet.
“Celebramos que el Consejo de Comercio y Tecnología (TTC, por sus siglas en inglés) sea una herramienta para cooperar en regulación (…) Pero tenemos que asegurarnos de que EE.UU. no lo va a utilizar para evitar que la UE adopte una regulación ambiciosa sobre inteligencia artificial y plataformas”, indicó la directora general de BEUC, Monique Goyens, en un encuentro digital con la prensa.
Insistió en que ese foro, que no consiste en una negociación comercial si no en un intento de cooperar en estándares de productos y servicios, “no afecte a nuestra soberanía para proteger a los consumidores”.
BEUC consideró positivo haber sido invitados a la sesión de apertura de las negociaciones a finales del mes pasado en Pittsburgh (Pensilvania, EE. UU.), donde estuvieron presentes en un encuentro con representantes de la sociedad civil.
Según la organización, esa iniciativa partió especialmente de la Comisión Europea -la institución que negocia en nombre de los Veintisiete-, que a su juicio “ha aprendido” de los errores de negociaciones anteriores en las que ha tenido más alejada a la sociedad civil.
Ahora espera que las autoridades estadounidenses sigan también ese ejemplo y estén más abiertas a mantener informada y escuchar a la opinión pública.
“Para influir, necesitamos saber lo que está pasando, por eso necesitamos transparencia”, comentó Goyens.
Para la responsable sénior de Asuntos Internacionales de BEUC, Léa Auffret, es también positivo que la UE y EE. UU. se hayan “sentado juntos para encontrar soluciones a problemas comunes” después de “años complicados” durante la presidencia de Donald Trump.
Auffret puso de relieve que, “actualmente, no hay cooperación en seguridad de productos”, y son muchos los artículos que llegan desde Asia que no cumplen con los requisitos exigidos en la UE o en EE. UU.
En opinión de BEUC, si la UE no intenta tomar cartas en el asunto será China quien “siente los estándares y entonces la protección se rebajará”.
En sectores concretos como las plataformas de internet o los sistemas de inteligencia artificial, la experta pidió que la UE y EE.UU. estudien cómo encuadrar mejor sus propias regulaciones sin intervenir mutuamente en cómo legisla cada uno, para “asegurarse de que no se discriminará ni perjudicará a los consumidores”.
En todo caso, Goyens advirtió de que la interoperabilidad debe ser “una herramienta, no un objetivo”.
En la reunión de Pittsburgh, la UE y EE. UU. aprobaron una declaración en la que destacaron que quieren abordar con prioridad tecnologías como las redes 5G y 6G, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, la regulación de plataformas, los avances farmacéuticos y médicos, o la robótica.
Asimismo, se centraron en el problema de la escasez mundial de semiconductores, necesarios para fabricar los microchips que hacen funcionar cada vez más dispositivos conectados, y que está afectando la recuperación económica global.
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