Nuestra calculadora de Interés Compuesto está diseñada para ser sencilla e intuitiva:

1. Cantidad Principal: Ingresa la cantidad inicial que estás invirtiendo.
2. Cantidad de Contribución: Introduce la cantidad que planeas aportar en cada período.
3. Frecuencia de Contribución: Selecciona con qué frecuencia harás las contribuciones (Anualmente, Mensualmente, etc.).
4. Tasa de Interés Anual: Ingresa la tasa de interés anual esperada (como un porcentaje).
5. Frecuencia de Capitalización: Elige con qué frecuencia se capitaliza el interés (Anualmente, Mensualmente, Diariamente o Continuamente).
6. Número de Años: Introduce la duración de tu inversión en años.
7. Haz clic en “Calcular”: ¡Ve instantáneamente el valor futuro proyectado y un gráfico útil que ilustra tu crecimiento!

Esa cita, a menudo atribuida a Albert Einstein, encapsula perfectamente el poder del interés compuesto. Es, esencialmente, «interés sobre interés». En lugar de obtener rendimientos solo sobre tu inversión inicial (el principal), ganas rendimientos sobre tu principal más los intereses acumulados de períodos anteriores. Con el tiempo, este efecto puede ser dramático, especialmente para inversiones a largo plazo. Cuanto más tiempo permanezca invertido tu dinero, más potente se vuelve el efecto del interés compuesto. Las contribuciones regulares amplifican este efecto.

• El Poder del Tiempo: Incluso inversiones pequeñas pueden crecer significativamente a lo largo de muchos años gracias al interés compuesto.
• Contribuciones Consistentes: Agregar contribuciones regulares, por pequeñas que sean, puede aumentar dramáticamente el valor final de tu inversión.
• Tasas de Interés Más Altas: Una tasa de interés más alta acelera el proceso de capitalización, llevando a un crecimiento más rápido.

Si desea conocer con más detalle qué es el interés compuesto y simple, acceda a este artículo especializado.

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• Reinversión de Dividendos: La conexión más directa es cuando reinviertes dividendos de tus acciones. Los dividendos son una parte de las ganancias de una empresa que se distribuye a los accionistas. Si eliges reinvertir esos dividendos en las mismas acciones (u otras), estás aplicando el principio del interés compuesto. Ahora estás obteniendo rendimientos no solo sobre tu inversión inicial sino también sobre los dividendos reinvertidos, lo que puede aumentar significativamente tus rendimientos generales a lo largo del tiempo.
  • Ejemplo: Posees 100 acciones de una empresa que paga un dividendo de $1 por acción. Recibes $100 en dividendos y los utilizas para comprar más acciones de la misma empresa. Ahora tienes más acciones generando dividendos, lo que lleva a pagos de dividendos aún mayores en el futuro, que puedes reinvertir nuevamente.
• Acciones de Crecimiento y Apreciación de Capital: Aunque las acciones de crecimiento a menudo no pagan dividendos, buscan una apreciación significativa del capital (un aumento en el precio de las acciones). El objetivo es comprar la acción a un precio más bajo y venderla a un precio más alto, obteniendo una ganancia. El concepto de capitalización se aplica aquí en el sentido de que:

Una selección de acciones exitosa que aumenta en valor te permite reinvertir ese beneficio en otras acciones potencialmente exitosas.

Cuanto más crezca tu cartera mediante selecciones de acciones exitosas, más grande se vuelve tu base de capital, permitiéndote aprovechar oportunidades mayores.

• Mentalidad de Inversión a Largo Plazo: Comprender el interés compuesto fomenta una mentalidad de inversión a largo plazo, ayudándote a evitar la tentación de «hacerse rico rápidamente» a través de operaciones arriesgadas a corto plazo. En su lugar, te enfocas en encontrar empresas de calidad con un fuerte potencial de crecimiento y mantenerlas en el largo plazo, permitiendo que el efecto de capitalización haga su magia.
  • Paciencia y Consistencia: La capitalización funciona mejor durante períodos prolongados. La selección individual de acciones requiere paciencia y consistencia para identificar ganadores y permitir que crezcan.
• Crecimiento de la Cartera y Rebalanceo: A medida que tus selecciones de acciones exitosas crecen, el valor general de tu cartera aumenta. Esto te proporciona más capital para invertir en otras acciones, diversificando tu cartera y aumentando potencialmente tus rendimientos generales. Rebalancear tu cartera (vendiendo algunas de tus acciones ganadoras y reinvirtiendo en otros activos) también puede considerarse una forma de gestionar estratégicamente el proceso de capitalización.

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• Volatilidad: A diferencia de una cuenta de ahorros con una tasa de interés garantizada, los precios de las acciones fluctúan. Tu acción puede disminuir de valor, anulando cualquier efecto potencial de capitalización a corto plazo.
• Rendimientos no Garantizados: No hay garantía de que una acción genere rendimientos positivos. El valor puede disminuir y potencialmente llegar a cero. El interés compuesto depende de rendimientos consistentemente positivos.

Impuestos y Tarifas: Operar con acciones a menudo implica tarifas de transacción e impuestos sobre las ganancias de capital, lo que puede reducir tus rendimientos generales y afectar el efecto de capitalización.