Este artículo se publicó en inglés el día 21 de febrero de 2018
Ellen R. Wald
Mientras el precio del petróleo siga rondando la marca de 60 USD, dos posibles amenazas podrían tener un impacto significativo en la futura dinámica de precios. Los inversores y traders más avispados deberían estar pendientes de:
En 2014, el Gobierno mexicano (con el presidente Enrique Peña Nieto) aprobó unos planes para privatizar parte de la industria del petróleo de México ya muy nacionalizada. La razón fue que las inversiones de fuentes privadas ayudarían a revitalizar el sector energético mexicano, que sufre de corrupción, problemas de infraestructura, disminución de la producción y mala gestión. En el año 2015, el Gobierno mexicano subastó licencias de exploración offshore y producción en el Golfo de México. México se mostró decepcionado con los resultados, y el momento fue especialmente inoportuno. La caída de los precios del petróleo provocó que muchas empresas redujeran sus presupuestos de exploración y producción.
Ahora, parece que incluso los contratos ya firmados con compañías extranjeras están en peligro. México se encuentra en plenas elecciones presidenciales y dos de los candidatos más populares son izquierdistas. El actual líder en las encuestas ya se ha comprometido a revisar estos contratos si resulta electo y quiere someter la cuestión a referéndum. Si esto sucede, es probable que el camino de México hacia la liberalización del petróleo quede truncado, ya que las encuestas han demostrado durante mucho tiempo que la mayoría de la población mexicana (65%) no comulga con las políticas de liberalización del petróleo de Peña Nieto.
Los inversores deberían vigilar de cerca la situación política de México y las próximas elecciones, que se celebrarán el domingo 1 de julio, porque si la producción de petróleo mexicano no obtiene inversión extranjera, la producción seguirá descendiendo.
Hace ya bastante tiempo que Turquía está organizando el transporte y la venta de petróleo curdo desde su puerto de Ceyhan. Aunque los kurdos y los turcos comparten una larga historia de conflicto político y no parecen aliados naturales, ésta ha sido una relación estable y mutuamente rentable. Desde que el Gobierno iraquí en Bagdad recuperara el control de la ciudad de Kirkuk y los yacimientos de petróleo de las inmediaciones, ha intentado detener la venta de petróleo kurdo (parte del cual viene de Kirkuk) a través del puerto de Ceyhan.
Parece que ahora Irak va a llevar la cuestión directamente ante el Gobierno turco. El ministro de petróleo iraquí, Jabar al-Luaibi, visitará Turquía a finales de esta semana para discutir el tema. Irak quiere que Turquía se comprometa a detener el transporte del petróleo de Iraq no regulado por la empresa petrolera estatal de Irak, SOMO.
Los inversores deberían tener en cuenta que, según TankerTrackers.com, los principales clientes de petróleo del gobierno regional de Kurdistán son Grecia, Israel, Croacia, Polonia e Italia. El Gobierno iraquí, sin embargo, ha hecho arreglos para vender el petróleo de la región de Kirkuk a Irán. Turquía ha disfrutado de los beneficios económicos de transporte y venta de petróleo de Kurdistán por lo que el Gobierno iraquí tendrá que ofrecer a Turquía un trato aún mejor para convencer a Turquía de que deje de trabajar con el Gobierno Regional de Kurdistán. Por otro lado, la presión política iraquí puede bastar para convencer a Turquía de poner fin a su relación comercial con los kurdos. Si es así, el Gobierno Regional de Kurdistán se vería seriamente perjudicado. Además Grecia, Israel, Croacia, Polonia e Italia tendrían que encontrar petróleo en otros lugares —¿tal vez de Rusia? ¿O en Estados Unidos?