Después de una semana de infarto en la que hemos visto cómo las presiones bajistas han llevado al S&P 500 a estar muy cerca de los temidos 1.800 puntos (nivel que consideramos determinante para abandonar a medio plazo su tendencia global alcista), vino el viernes un importante rebote por parte de los alcistas que nos daba un respiro que aún continúa con fuerza.
Esta semana se presenta con un escenario mucho más optimista que la anterior, ya que aunque no esperamos la vuelta a los 2.000 puntos como nos gustaría a todos, sí es probable que alcancemos los 1.980 puntos como segundo objetivo de su rebote coincidiendo con el 61,8 de Fibonacci y 1.907 – 1.914, como primer objetivo, coincidiendo con la ansiada vuelta al canal alcista del Índice. 
El motivo de la mejora de las previsiones, no es otro que la mejora de los datos macro previstos para toda la semana, en la que el consenso marca una gran mayoría de previsiones positivas, caso contrario a la semana anterior.
Por otra parte, tenemos a toda una comunidad de inversores institucionales y grandes bancos que parecen haber tomado el rebote antes de los 1.800 puntos como momento perfecto para tomar posiciones ya que la previsión de crecimiento es mejor mucho a las anteriores expectativas.
Por supuesto, los datos de macro de Japón y su 7,16 % de subida en la sesión de ayer del Nikkei, junto con los datos del gigante asiático chino que llevaron la pasada madrugada al Hang Seng a un 3,27 % de subidas han hecho que el impulso alcista tome más fuerza aun que en la sesión del pasado viernes.
Como último factor principal, marcaríamos la recuperación temporal de niveles de precios del crudo debida a las declaraciones del ministro de energía de Emiratos Árabes Unidos, el Sr. Suhail bin Mohamed Faraj Fares Al Mazrouei, anunciase el pasado jueves que la OPEP estaba considerando la posibilidad de reducir su producción a favor de los países no OPEP. A nuestro juicio, un simple baile de precios orquestado en una perfecta coreografía verbal pero sin hecho que lo refrenden.