La historia comenzó en una reunión en Londres, el 18 de mayo de 2015, sobre la intención de abolir el dinero en efectivo en Europa, con el argumento de la "seguridad y el lavado de dinero de la droga y el terrorismo", etc. y con el único interés de imponer un control total sobre la economía y los impuestos. Todo ello en la línea de lo que ha descrito varias veces en La Carta de la Bolsa acerca de plastificar definitivamente el dinero. "En Grecia ya no se puede pagar en efectivo cantidades mayores de 70 euros. He pensado que para hacer esto tardarían aún bastantes años, pero parece ser que lo quieren imponer cuanto antes y que ya está bastante estudiado. Incluso parece que ya hay fecha. Los señores del Citigroup (NYSE:C) ya lo saben perfectamente. EE.UU. parece que no puede hacerlo por ahora. La idea es crear un totalitarismo económico que permita un control total. No se si todo esto es cierto. Te paso la información por si puedes confirmarlo. Yo no tengo ni idea", me decía mi amigo Mi amigo W. U. hace dos años
La realidad es muy diferente. Magnífico gráfico el que sigue, elaborado por Trevor Nore@trevornoren
A mi amigo W.U. le dije que "el ruido del río se oye cada vez más cerca, con más fuerza. Se que en España una gran entidad bancaria ya está en ello, advertida desde el GRAN HERMANO. Me lo contaron hace dos años ellos mismos y pensé que era una locura, que las cosas quedaban muy lejos. Advierto, sin embargo, que lo que parecía muy lejos está cada vez más cerca. Además, cada vez hay más compañeros detrás de la pista"
Rosalía Sánchez ha escrito en El Mundo "Adiós al dinero contante y sonante": Los países nórdicos llevan años dándole vueltas a la idea de eliminar el dinero físico. El Gobierno de Dinamarca acaba de lanzar como propuesta preelectoral una iniciativa para acabar con el dinero en efectivo en tiendas de ropa, gasolineras y restaurantes. Sería la primera fase de un plan con objetivos a largo plazo que convertiría a este país en el primero en prescindir de las monedas y los billetes...
Con estas y otras claves de fondo, hablo del asunto con uno de mis gurús favoritos. "En un mundo global de represión financiera jamás vista, lo normal es que se acentúe el fenómeno, que la represión vaya más allá, que el totalitarismo sea total. El Gran Hermano lo tiene muy bien pensado y perfectamente proyectado: nada mejor que tocar la fibra sensible, muy sensible, del control del terrorismo, el tráfico de armas, la trata de blancas, el mercado mundial de la droga y el dinero negro, dinero debajo de las piedras, colchones o en cajas fuertes, para que nadie rechiste", me dice.
"¿Ves a alguien capaz de manifestarse en contra?", prosigue. "Y todo ello con el beneplácito de los bancos, que sacarán muy buen provecho del dinero de plástico, dinero virtual, porque será lo que hay y detrás de ello no habrá nada más, no existirá otra clase de dinero ¿Me explico bien?"
"Sí, creo que esto se producirá más pronto que tarde. La aparición de la banca en la sombra y de nuevos competidores a la banca tradicional va a acelerar el fenómeno. La tecnología avanza a velocidad del rayo y en esto, como en todo, la tecnología es clave", finaliza.
Y otros niegan dicen no. Los analistas de Deutsche Bank (DE:DBKGn) niegan la mayor y hacen referencia al caso de Grecia como mejor ejemplo para explicar cómo el uso del dinero convencional no desaparecerá a medio plazo. "Los ciudadanos griegos han retirado una quinta parte de sus ahorros de los bancos", estima Stuart Kirk, analista del banco alemán. Un hecho que determina que, en momentos críticos como el que vive en estos momentos el país heleno, los ciudadanos siguen apaciguando sus miedos recuperando su dinero, contante y sonante.
China avanza rápido hacia una sociedad sin efectivo
China está tratando de poner riendas a su pujante e innovador sector de finanzas en Internet, que ofrece un vistazo a cómo el resto del mundo podría en algún momento manejar el dinero, aunque también ha sido escenario de publicitados abusos.
Las empresas chinas de Internet han transformado el teléfono inteligente promedio en una plataforma para hacer transacciones sin efectivo de por medio, transferencias bancarias, operaciones crediticias e inversiones que van mucho más allá de lo usual en Estados Unidos. Los consumidores chinos, muchos de los cuales no tienen tarjetas de crédito, compran fondos del mercado monetario, se dividen la cuenta de un restaurante y pagan servicios que van desde un taxi a comida a domicilio con la misma aplicación en sus smartphones.