El proyecto europeo tiene muchos problemas aún por resolver, pero no considero que éste vaya a retroceder sino todo lo contrario; seguramente que con el paso del tiempo ganaremos en integración y democratización de las instituciones comunitarias.
Para apuntalar esa integración, también será necesario que las empresas europeas se unan para constituir corporaciones más grandes y fuertes con el objetivo de poder competir con las mercantiles chinas y norteamericanas. Y, en conexión con ello, lanzo la siguiente pregunta: ¿por qué no apostar por fusiones bancarias a nivel europeo?
Sería bastante positivo, como antesala de un fondo de garantía de depósitos a nivel europeo, una fusión entre bancos españoles y alemanes, franceses y holandeses, italianos e irlandeses. Así podrían ganar en fortaleza, cuota de mercado y, esperemos, solvencia.
La crisis generada por el coronavirus ha hecho y seguirá haciendo, por desgracia, mucho daño a la vieja Europa. La fusión entre empresas europeas será fundamental para resistir algo mejor la recesión que ya estamos viviendo y que puede poner en peligro a muchas multinacionales de renombre.
Fomentar la creación de nuevas corporaciones, más grandes y fuertes, a través de los mecanismos de fusión y adquisición debería ser un imperativo por parte de los gobiernos de los Estados miembro y de las instituciones comunitarias. Respetando, siempre, las reglas de la libre competencia.
Seguramente el primer paso sea la unión entre bancos a nivel de país para, ulteriormente, proceder a fusionarse las entidades financieras radicadas en diferentes Estados miembro. Los bancos se enfrentan a multitud de retos y desafíos; digitalización, criptomonedas, mayor peso del asesoramiento, etc. (y todo ello con la dura competencia de las fintech). Y, para ello, será fundamental afrontar esos retos con robustez y extrema solvencia.
Los bajos tipos de interés, situación que permanecerá durante mucho tiempo, (siempre que inflación no se dispare fruto de algún imponderable) han lastrado y van a seguir lastrando los balances a las entidades financieras. Para no interrumpir esta destrucción de valor que, lamentablemente, están experimentando a nivel bursátil muchísimas entidades bancarias del Viejo Continente deberán revolucionar su política comercial y empresarial. Y, para ello, las fusiones a nivel europeo serán de una importancia capital.
Sería interesante ver, por ejemplo, una fusión entre Intesa Sanpaolo (MI:ISP) y Bankinter (MC:BKT) o entre Crédit Agricole y las Cajas Rurales españolas. En conexión con ello, ¿por qué no? También sería una opción a valorar la posibilidad de ver fusiones entre bancos y compañías aseguradoras (por ejemplo Mapfre (MC:MAP) y Banco Santander (MC:SAN) o AXA (PA:AXAF) y BBVA (MC:BBVA)).
Europa tiene que ser a futuro lo que lleva siendo desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial; un territorio en el que se respetan las libertades civiles de los ciudadanos, el Estado de Derecho, la libertad de empresa, de comercio y la competencia. Y para garantizar todo esto será necesario disponer de entidades financieras solventes, sólidas y fiables. Las fusiones serán un buen impulso para conseguir tales objetivos.