Me dice el CEO de una importante gestora:
No mentar a la bicha de la recesión, pero ya muchos la mientan. Observen con atención los gráficos que siguen ¿Se equivocarán? ¿Crece el mundo a ritmos sostenibles y ciertos? ¿Llegará pronto otra Recesión? Debate enconado hoy como ayer y como mañana. La cacareada reforma fiscal de Trump ha animado en principio a los mercados, con incrementos de la rentabilidad de los tipos largos. Las previsiones de los centros más prestigiosos apuntan registros endebles de la actividad económica en los próximos meses y la probabilidad de nuevas subidas de tipos por parte de la Fed aceleraría este movimiento.
Esto es lo que muestran las proyecciones. Lo nuevo es que están desajustadas respecto a los nuevos tiempos: el PIB de Estados Unidos, como el PIB de la mayor parte de los países denominados industrializados, ya no refleja la situación actual. No mide, entre otras cosas, el envejecimiento de la población mundial y su impacto sobre las economías. Tampoco el auge de las nuevas tecnologías. O la represión económica, que ha alterado totalmente el ciclo actual.
También hay factores nuevos como la desigualdad o la media de los salarios en la población trabajadora ¿Hablamos del futuro de las pensiones en el mundo? Debate muy interesante, porque las cifras de hoy no se ajustan a los parámetros del pasado. Todo sigue muy abierto, muy incierto.
Ted Truscott, consejero delegado de Columbia Threadneedle Investments, recuerda que tradicionalmente el crecimiento de la población y la productividad de la población en edad de trabajar han sido las principales fuentes del crecimiento económico. “Desafortunadamente, ambos están cayendo. En las economías desarrolladas, la población activa está cayendo, y aunque el crecimiento de la población de las economías emergentes sea positivo, la tasa de dicho crecimiento también está decayendo”, explica. Como consecuencia, el crecimiento total de la población mundial ha caído por debajo del 2% anualizado.
Jim Leaviss, director de renta fija minorista de M&G Investments, se fija en el envejecimiento de la población y su impacto sobre las arcas estatales: “Como los estados endeudados ya no pueden cumplir sus promesas sobre el derecho a la pensión o la edad jubilación, o bien los planes privados de pensiones y los ahorros han resultado ser inadecuados, las cohortes de población más mayores se han mantenido más tiempo en la fuerza laboral para ganar dinero. Como la salud durante la jubilación también ha mejorado, la gente mayor también ha seguido trabajando porque quiere y porque lo disfrutan, junto con aquellos que no han tenido elección”, detalla.
Y para España, una exposición brillante vía Rafael Domenech (@rdomenechv)