¡Vaya comienzo de año nos tenían guardado los amigos asiáticos! Ni la peor novela macabra de Alfred Hitchcock tendría un inicio más espantoso que el que ha deparado 2016 para los mercados financieros.
De todos es sabido el enfriamiento de la economía China, los estímulos constantes puestos en circulación por su banco central o las medidas regulatorias y reglamentarias actualizadas para no dejar caer la bolsa a un pozo sin fondo. En crisis anteriores, en los mercados financieros, cuando el sentimiento inversor cambia de rumbo, la mayoría de medidas solo hacen calmar los ánimos en cortos periodos de tiempo, porque la gran tendencia de fondo ya tiene la dirección definida por sus principales actores, que son los inversores globales.
En anteriores ocasiones advertía de los avisos técnicos que nos lanzaban los gráficos de índices chinos. La principal señal que observábamos en el gráfico era la perforación con mucha decisión de su canal de largo plazo iniciado en 2012.
Esa penetración, con fuerte aumento del volumen de negociación, nos daba a entender que algo se estaba cosechando en el interior de esa economía por tantos envidiada no hace mucho tiempo, pero como escribíamos hace meses parecía que la tormenta estaba por llegar y lo vivido al final del verano solo eran los primeros chaparrones.
Mostraremos en gráficos los sucesos acontecidos pues muchas veces las palabras son fáciles de olvidar pero un buen gráfico está siempre guardado en los mejores archivos. Parece que seguiremos en una espiral bajista en China por lo menos hasta el siguiente nivel de contención para uno de sus principales índices, el Hang Seng, en los 2.650 puntos,miremos la comparación de gráficos en estos 3 meses.