Para este trimestre se pueden esperar resultados débiles de Ence (MC:ENC), si tenemos en cuenta que durante los últimos tres meses sus dos negocios, el de energía y el de celulosa, se han visto afectados por contingencias.
En el caso de la celulosa, a lo largo del primer semestre se ha producido una disminución en el precio de la pulpa, lo que hace que se venda a menores precios y no pueda tener tanto margen y, por otro lado, por menores volúmenes vendidos. Ya en el primer trimestre, las ventas de celulosa alcanzaron niveles cercanos al mismo periodo de 2016, cuando hasta este año había tenido un aumento interanual en las ventas del primer trimestre.
Por otro lado, a pesar de un tipo de cambio EUR/USD favorecedor, las coberturas realizadas por la compañía podrían hacer a la empresa incurrir en pérdidas. La fábrica de Navia se ha detenido durante este segundo trimestre para su mantenimiento anual y establecer mejoras, lo que disminuye su capacidad de producción. Además, se encuentra el proceso de ampliación de capacidad productiva de su plan estratégico 2019 – 2023, cuya inversión finalizó entre mayo y junio.
En cuanto a dicha ampliación, se están acumulando los inventarios incluso antes de que se realice la nueva ampliación debido a la disminución de los volúmenes de demanda.
En el caso del negocio energético, se puede esperar que éste respalde a Ence, gracias a un aumento interanual del 8% debido a la nueva planta solar adquirida en el 2018. El problema es que esta producción ha bajado temporalmente por el mantenimiento de las plantas de Huelva.
Sus resultados en el primer trimestre de este año también mostraron disminuciones con respecto al primer trimestre del año anterior. En ellos, al igual que se puede esperar para este trimestre, fue la energía la que aumentó sus márgenes a excepción del neto, a diferencia de la pata de la celulosa, que disminuyó en todos. Ya en el primer trimestre, la deuda neta de ambos negocios creció, sobre todo en el energético, que aumentó por su deuda financiera bruta para la financiación de inversiones en mejoras de eficiencia y ampliación de capacidad, pero éstas se encuentran sujetas al control del Consejo para no llegar a peligrar su solvencia (deuda neta/EBITDA del negocio de la celulosa menor a 2,5 veces y deuda neta/EBITDA del negocio de las renovables menor a 4,5 veces). Sus rentabilidades también disminuyeron, en este caso el ROE hasta el 2,60% y el ROA hasta el 1,06%.
En cuanto a su proyección a futuro, se espera un aumento de la demanda de tejidos en China y también en Europa, lo que le podría beneficiar en un futuro, junto con un aumento de los márgenes por las ampliaciones de capacidad productiva que está realizando. También está la diversificación de la energía, apostando por la biomasa, un negocio que podría llegar a suponer un 40% de los beneficios para el 2020, siendo líder en España de la generación eléctrica con biomasa. Según el Plan Estratégico 2019 – 2023, la biomasa podría mejorar el EBITDA hasta 3 veces.
A parte, el área energética está creando valor gracias a las adquisiciones y nuevos proyectos, un hecho que de cara al futuro puede mejorar la eficiencia. Con esta mejora de la pata energética también reduciría la ciclicidad de la compañía.
En conclusión, para este trimestre, Ence es probable que presente resultados débiles por los precios bajos de la pulpa de madera, los procesos de mantenimiento en la planta de Huelva, el mantenimiento anual de Navia y la ampliación de su capacidad y la cobertura adversa del EUR/USD.
En cuanto a su cotización, se encuentra en una tendencia bajista iniciada a principios de octubre del año pasado y, en lo que va de año, ha caído en torno a un 30%, encontrándose con una resistencia histórica en los 3,63 euros. En cuanto al RSI, está pasando al territorio bajista, cruzando el nivel de 50, y en el MACD, la línea corta está cortando la larga por encima y dirigiéndose ambas a la zona negativa.
Una continuación de la tendencia bajista llevaría al precio a visitar el siguiente soporte en torno a 3,30 e incluso el soporte de los 2,47 euros.