A buen seguro de que todos los que siguen a la renta variable recordarán este mes de marzo de 2020 como uno de los peores de la historia del Ibex 35. Ha sido un mes en el que hemos vuelto a sentir miedo, en el que hemos recortado posiciones hasta mínimos, alcanzando porcentajes no vistos en años, y en el que el Ibex 35 se deja un 22%, elevando la pérdida trimestral al 29,23%.
Atrás queda la subida del 11,82% con la que cerró 2019, o el 1,90% que recortó en enero, cuando nadie parecía presagiar la que se nos avecinaba. Veíamos lo que sucedía en China desde lejos, sin preocupación, ilusos de no pensar que hoy en día, con el movimiento de personas que se produce en todo el mundo, el coronavirus no terminaría traspasando fronteras, cual viajero silencioso. Ni siquiera cuando Italia, nuestro vecino particular, empezó a cortarse las barbas, nos resistimos a poner las nuestras a remojo. Días más tarde, hemos hablado de la crisis financiera, o gran recesión, de 2008; de la Gran Depresión de 1929, de la Segunda Guerra Mundial. De crisis, de recesión, de todos los términos que más nos asustan en bolsa. Y el Ibex 35, lógicamente, se contagia también de esta pandemia.
Hemos tenido días en los que hemos visto la luz. Nos lo recordaba Ismael de la Cruz en este análisis. “El Ibex logró cerrar la semana del 23 con ganancias de +5,19%, lo que supone el mejor registro desde finales de 2016. Si ampliamos el horizonte, tenemos que desde el mínimo del lunes 16 ha logrado recuperar algo más de un 10%”. Pero son hitos que aún saben a poco: desde el 19 de febrero, acumula caídas del -33%”.
No podemos culpar a los inversores de huir de las bolsas. Nunca en la historia más reciente nos habíamos enfrentado a un confinamiento, a medidas económicas tan elevadas, a tantas y acciones variadas de bancos centrales y gobiernos. Se habló de cerrar los mercados, se han prohibido las ventas a corto. El que no tenga respeto, al menos, ante esta situación, es que no entiende de números o ha perdido el sentido común. Y los inversores del Ibex, además, son más bien conservadores, dejando adivinar, por lo general, cuáles serán sus movimientos.
Por componentes, las pruebas son concluyentes. Que el sector aéreo sufre por los problemas en el tráfico aéreo con motivo de los cierres y restricciones, pues vendemos IAG (MC:ICAG), que se ha coronado como el peor valor del mes, con caídas del 54,64%. Le ha seguido Merlin Properties (MC:MRL), con una pérdida del 40,91%, y Banco Santander (MC:SAN), que se ha dejado en marzo un 40,36% debido a la presión bajista de unos tipos aún más bajos, obligándole a replantearse previsiones para próximos meses. Los hoteles, con Meliá a la cabeza, tampoco han vivido su mejor mes, con pérdidas del 37% para este valor. Se salva del reguero de pérdidas Grifols (MC:GRLS) que, con su apurado 0,56% de subida, logra escapar del pleno al rojo al convertirse en ese posible 'superhéroe' que nos salve de la pandemia. Un rayo de esperanza para este mes tan negro.
Hablamos del Ibex, pero podemos asomar la cabeza a Europa para ver que ahí la situación no está mucho mejor. ActivTrades afirmaba en su informe de ayer que ha sido el trimestre con peor desempeño para las acciones europeas de toda su historia. “Tan solo el sector bancario europeo ha perdido más de un 30% durante marzo. La incertidumbre y la aversión al riesgo regresan a las bolsas europeas e internacionales a medida que no cesan el número de nuevos contagios por el coronavirus y hay dudas sobre el reciente paquete de ayuda económica aprobado en el Congreso estadounidense”.
Nunca un mes de abril se nos antojó tan sombrío. Ni terracita al sol, ni escapada a la playita ni procesión… que no vaya por dentro.