El pánico se ha apoderado de la sociedad. Las cifras de contagios y fallecidos aumentan día tras día, anhelando ese famoso pico que nos haga ver las cosas de una forma mas positiva. No obstante, lo que hemos vivido en España días atrás está empezando a vivirse en otros lugares del mundo, especialmente en EE.UU.
Pese a ello, los gobiernos se llenan la boca con medidas económicas que muy posiblemente caigan en tierra de nadie, pues no hay nada concreto sobre las ayudas que van a aportar a empresas, autónomos o familias.
Los tipos de interés como hemos visto ya no son un arma de los bancos centrales para incentivar la economía, y todo pasa por una agresiva política fiscal. Aún así, dista mucho de las intenciones de nuestros gobernantes pues eso supondría una menor recaudación para hacer frente a la deuda del estado, pensiones, prestaciones por desempleo, etc.
Si cruzamos el charco, vemos como la Reserva Federal en el día de ayer ha anunciado un QE ilimitado para hacer frente a la mas que posible recesión que se avecina. Pero no nos equivoquemos, esta recesión no es causada por el coronavirus. Esta pandemia ha sido el catalizador y el argumento de muchos para justificar la situación futura, pero que ya con los datos macroeconómicos de diciembre y enero se vislumbraba en el horizonte.
Lo mismo sucede con los mercados financieros. En otros artículos ya he mencionado la no causalidad de las caídas de los mercados y el COVID-19. Los mercados estaban en máximos históricos, podríamos decir que sobrecalentados, sin apenas recortes en los últimos meses (o años si hablamos de un recorte significativo). Esa era una situación anómala para los mercados, pues los movimientos de los mismos forman parte de su ser.
Pese a ello, es muy difícil que un mercado caiga sí una gran potencia como EE.UU. y su presidente, Donald Trump (junto con su gran aliado, la Fed, pese a que nos haga creer lo contrario), no los dejan caer con constantes inyecciones de liquidez. Esa liquidez que ofrecen al mercado no deja de ser dinero a coste cero que busca una rentabilidad, y dónde mejor que en la renta variable.
No obstante, también hay algo curioso, y es que los mercados parece que están creando un suelo en los últimos días, justo cuando vencen los contratos de futuros trimestrales (tercer viernes del mes de marzo, el viernes pasado). Estos contratos de futuros abrieron la tercera semana de diciembre, con un gran sentimiento alcista en los mercados previo al famoso rally navideño. Con un mercado en máximos, y ante la más que previsible caída del mismo de un momento a otro, ¿cómo cree usted que se posicionarían los profesionales ante tal situación? Yo lo tengo bastante claro, bajistas.
Recuerden que los profesionales toman posiciones cortas (ventas) en momentos de euforia, y compran en momentos de pánico. Pues bien, la semana pasada se iniciaron los contratos de futuros con vencimiento junio, y la situación global es de pánico. ¿Qué cree usted que han hecho los profesionales? En las próximas semanas lo veremos.