El dinero es el medio y el resultado. Nunca es el protagonista en el proceso. Ese es el resumen que hacemos del dinero en la negociación. Vayamos por partes:
- 1. El medio: compramos y vendemos esperando un beneficio. Cuando transamos divisas estamos de hecho comprando y vendiendo dinero. Nosotros utilizamos el dinero como instrumento de negociación. El medio por el que obtenemos esa eventual contrapartida.
- 2. El resultado: lógicamente será de nuevo dinero. La diferencia cuantitativa a nuestro favor la contabilizamos así.
- 3. El proceso: la negociación bursátil/inversión. Aquí y somos muy severos en este punto, no hay espacio para el dinero.
Profundicemos en el punto 3. ¿Por qué no hay espacio para el dinero en la negociación? A continuación enumeramos los principales problemas que el dinero nos ocasiona cuando invade el punto 3.
A) He planeado una operación con objetivos concretos en función de un patrón técnico. Digamos que la operación se está desarrollando de acuerdo a nuestros intereses y aparece el maravilloso color verde. Miramos el saldo y vemos obviamente, ganancia. Primer error. Norma 3, en el proceso, el dinero no tiene cabida. Aparecerán tentaciones y momentos de aparente sensatez ventajista que te invitarán a cerrar la operación por si acaso. "No es fácil ganar, no vayamos a perder cuando estamos ganando por una vez".
Verás que buscarás mil excusas para cerrar esa operación. Abandona esa operativa. El dinero no forma parte del proceso. Operamos por patrón y tenemos objetivos técnicos. Lo que vayamos ganando no es algo técnico, sólo obedece a nuestro volumen de inversión y sus respectivas comisiones. Debes estar preparado para que el precio se de la vuelta y desaparezcan los beneficios. Asumimos que el mercado define el rumbo. Para eso tienes un nivel de stop y un nivel de toma de ganancias. Si no llegamos a ese nivel, no se toman utilidades. No hace falta pensar nada más. Todo lo que añadamos nos creará un estrés innecesario.
B) Estamos en un nivel en el que tenemos grandes beneficios y aparece una sensación de prudencia. "Ya está bien, no pequemos de codiciosos". La codicia es en efecto un defecto habitual en la profesión pero si nuestros objetivos nos dan una subida o caída mayor debemos respetarlos. La prudencia por educación no es parte de la negociación bursátil. Si el mercado se mueve contrariamente a tus intereses nadie vendrá a decirte "Ahora estás perdiendo demasiado, te perdonamos una parte de tu pérdida".
Por eso, una vez más, el dinero no es parte del proceso. Aquí nuestro concepto de poco dinero o mucho dinero no tienen absolutamente nada que decir. Cerrar una operación con plausibles ganancias sin respetar nuestro nivel final de objetivos es una mala operativa. Repítetelo mil veces. Que hayas obtenido grandes beneficios hasta ese momento no es técnico, es resultado a los objetivos anteriores.
Que no seas capaz de asumir tu planeación hasta el final es el error y es un error que surge cuando mezclamos dinero y negociación. Por supuesto que debemos ser prudentes y sensatos en las ganancias. Podemos ajustar el Stop ganador si vemos que estamos ya muy sobrecomprados o sobrevendidos. Eso es técnico y además lógico si nuestro nivel de beneficios está cercano a nuestros objetivos finales.
C) Marcamos objetivos cuantitativos y no técnicos en una operación. Digamos que en la anterior inversión me ha saltado el stop o simplemente he tenido una pérdida. Arrancamos la siguiente y nos ponemos como objetivo unos beneficios que equilibren la pérdida anterior. De nuevo mezclamos dinero con proceso. Los objetivos no son técnicos, obedecen a motivos de otra índole.
D) Movemos el stop en pérdidas porque podemos soportar una pérdida un poco mayor sin que eso sea una tragedia en nuestro saldo. Mezclamos nuevamente dinero con operativa.
E) Nos fijamos una cantidad de dinero como resultado. "Con X estaré satisfecho". Sí, estarás satisfecho, pero lamento decirte que eso no es técnico. El mercado en tu contra no pone ningún techo a tus pérdidas por lo que desde un punto de vista de negocio, ofreces más de lo que tu tomas. A nivel mental, aunque hoy no entraremos en esa discusión, es incluso peor ya que te estás poniendo una resistencia mental monetaria.
F) Al final de la semana, sacamos conclusiones de nuestro desempeño únicamente atendiendo a factores cuantitativos. Cuanto hemos ganado y nos olvidamos completamente del cómo. Si el dinero nos ha hecho cerrar operaciones sin más explicación que el propio dinero aunque tengamos beneficios no podemos estar completamente satisfechos.
Debemos mejorar. Si siempre perdonamos nuestros errores de proceso por el hecho de haber tenido réditos tendremos un lastre muy difícil de eliminar. No te justifiques, una mala operativa sigue siendo mala tanto con pérdidas como con beneficios. Hay una jerarquía en la virtud y en el defecto, claro está. Mejor equivocarse con dinero en el bolsillo, pero seamos honestos con nosotros mismos. Esa autocrítica es sinónimo de hacernos un gran favor con vistas al futuro.
Conclusiones: entendemos el dinero como el medio. Entendemos el dinero como el resultado. Respetamos al proceso por lo técnico.
Proyección: para optar a buenos resultados tenemos que ser muy ambiciosos en el proceso y ser ambiciosos en el proceso significa ser excelentes inversores. Debes soñar con ser un gran trader y no con obtener beneficios inmediatos. El dinero es el resultado. No habrá grandes resultados sin buenas operativas.
Cerrar una operación con stop obedeciendo al proceso es infinitamente mejor que unos beneficios tomados sin objetivo ni patrón técnico. Cree en lo que estás haciendo. No pienses en exceso en el dinero. Respetar un stop ya es un indicio de calidad en tu operativa. No añadas elementos externos.
Puedes ser un gran trader con una cuenta pequeña. Los resultados llegarán por sí solos. No esperes a ser un gran trader cuando tengas más dinero. Eso lo ha intentado mucha gente (yo incluido) sin gran éxito.