Hoy quiero escribir sobre nuestro querido análisis técnico. El análisis técnico, como sabemos, estudia la psicología de las masas; y sabemos que el mercado de valores se impulsa por sentimientos psicológicos humanos como la codicia, el miedo o el pánico. Y lo que busca el análisis técnico son los patrones que esos comportamientos reflejan en el historial de los precios. Ya la teoría de DOW lo dice: toda la información está en el precio, tiempo y —como mucho— en el volumen. Pero, hoy, quiero sacarlos un poco de la zona de confort, de lo que sabemos.
En estos días, la volatilidad de los precios —producto de las elecciones norteamericanas—, y el surgimiento de una nueva ola de contagios de coronavirus, me han llevado a alejarme un poco de los mercados, y a pensar que el análisis técnico, como lo conocemos, en realidad lo que hace es darle un orden o una estructura entendible a ese comportamiento humano que parece aleatorio y sumergido en un caos lleno de variables que están fuera de nuestro control. Es decir, le da un sentido de entendimiento a la naturaleza humana.
Entonces, reflexionando, me pregunté si el análisis que aplicamos a ese precio que refleja el comportamiento humano puede ser utilizado para el estudio de otros fenómenos naturales relacionados con los seres humanos. ¿Qué pasaría si nos alejáramos un poco de la idea de que el análisis técnico solo sirve para el mercado de valores, y proponemos que se pueda aplicar a otras ciencias? Quizá, los analistas técnicos podríamos ser colaboradores en el estudio de otros fenómenos, acompañados obviamente de aquellos profesionales que estén certificados para opinar sobre dichos fenómenos. Recuerden que al análisis estrictamente técnico no le interesan los fundamentos, las razones de por qué se movieron los precios; entonces, nosotros podríamos sacar conclusiones de los fenómenos a estudiar sin entender los fundamentos del fenómeno estudiado.
No obstante, conocemos la importancia de la opinión de un profesional en la materia, así que análisis técnico más fundamento estaría bien. La idea sería aplicar el análisis técnico a otras variables que no fueran el precio. Además, muchos de los indicadores técnicos que utilizamos tienen origen en otras ciencias, como la física, la matemática y la estadística, pero, ¿de qué manera nos serviría eso económicamente? Claro que no todo pasa por hacer dinero pero, si así fuera, sería una manera de estudiar fenómenos que estén relacionados con el mercado que estemos operando. Por ejemplo, estudiar las precipitaciones, lluvias y climas o pronosticar futuras sequías si estuviéramos intentando invertir en el sector agropecuario, o —como hoy— estudiar un poco más el coronavirus, que es un fenómeno que está afectando a los mercados.
Para el estudio del fenómeno del coronavirus, busqué en Google (NASDAQ:GOOGL) (Wikipedia) los casos de contagio diario, y quedé maravillado cuando vi la posibilidad de filtrar las gráficas por país. Esta es la gráfica de los casos de contagio diario en el mundo:
¿Alguna vez estudiaron el patrón de megáfono en el análisis técnico? Si no lo conocen, búsquenlo en Google: es un patrón de reversión o cambio de tendencia (chartismo americano).
La idea del patrón es que la volatilidad del precio crece cada vez más formando el megáfono, y luego el precio cae. En este caso, se ve un aumento de la volatilidad cada vez mayor (máximos y mínimos cada vez más alejados) y lo que podría esperarse es que el número de casos nuevos disminuya. Miremos, por ejemplo, a Brasil, un país sudamericano con conocidas medidas de flexibilidad:
Los casos de contagio cada vez más volátiles hicieron que la tendencia cambiara —la llamada “inmunidad por efecto rebaño”—; esos fundamentos los podría aclarar mejor un profesional de la salud. Miren ahora a mi país, Argentina:
Una volatilidad acelerada de nuevos casos de contagio trajo como consecuencia una disminución de los mismos. Ahora, hay máximos y mínimos decrecientes.
Otro ejemplo de aplicación del análisis técnico, aunque muy simple, demasiado simple, es el caso de Corea del Sur:
En los primeros avances de la enfermedad, se puede observar un crecimiento acelerado de nuevos casos en poco tiempo. Una mirada bastante simple, pero instruida en el análisis técnico, podría decir que fue un alejamiento acelerado de una posible media móvil y que, como conocido efecto de atracción de la media móvil, los nuevos casos de contagios cayeron drásticamente volviendo a la media, la explicación se encuentra en los fundamentos, en las políticas que implemento el gobierno coreano, y que resultaron efectivas. Este fenómeno de la media se observa en muchas burbujas financieras.
Yo sé que podrán decir que no parece tan serio lo que planteo en este artículo, pero los primeros analistas técnicos que aplicaron dicho análisis en el precio también sufrieron todo tipo de críticas; fueron muy cuestionados pero, hoy en día, todo el mundo lo usa. Personalmente, creo en el potencial que tiene nuestra tan querida herramienta. Es evidente que el análisis técnico no ofrece certezas; por lo tanto, este articulo no debe ser tomado como la verdad absoluta. Pero todos sabemos que el análisis técnico ofrece ventajas estadísticas y nos tenemos que quedar con esto último. Por lo menos, es lo que creen quienes piensan correctamente en términos de probabilidad. Y ustedes, ¿creen que es posible aplicar nuestro análisis técnico a otros fenómenos para su estudio?