Casi todo el mundo está esperando que aparezca la inflación y hay buenas razones para ello. Una de las verdaderas causas de la inflación es la excesiva creación de dinero fiduciario y es a lo que está haciendo referencia toda la prensa. Todos los días Bloomberg y la CNBC ponen entre sus titulares los QEs de Estados Unidos, Japón, China y Europa. Además, la Fed aparece de vez en cuando para advertirnos de los peligros de la inflación y nos recuerdan que van a estar siempre vigilando esta cuestión para prevenirla. La otra cara de la moneda es el concepto de deflación y no se le está prestando ninguna atención. En el mundo actual existen muchas presiones deflacionarias y se deben a la entrada de China y del resto de los países asiáticos en la economía mundial. Ahora se están produciendo más bienes y mercancías de las que el mundo es capaz de absorber, lógicamente esto presiona los precios a la baja y es claramente deflacionista.
En un esfuerzo por combatir esta situación, los bancos centrales del mundo, con la excepción de EE.UU., han decidido imprimir con tal de devaluar sus monedas. La idea es que con una moneda más barata hacen que sus exportaciones sean más baratas para el resto del mundo. Esto es algo lógico y es por ello por lo que todo el mundo lo está haciendo. Sin embargo, una moneda en concreto no puede caer contra el resto de divisas, si el resto también imprimen tanto como los demás.
La Reserva Federal es un caso completamente diferente, ya que imprime por otro motivo completamente distinto. La Fed imprime para poder pagar su deuda. Actualmente, EE.UU. es el mayor deudor del mundo, con una deuda total que se encuentra entre los 75 billones y los 200 billones de dólares. Pero aparte de esto, está creando nueva deuda a una velocidad de 100.000 millones de dólares mensuales.
De nuevo, si escuchamos a la máquina bien engrasada de los medios de comunicación estadounidenses, nos están diciendo que la impresión (flexibilización cuantitativa) se está haciendo con el fin de promover el crecimiento. Por desgracia, nada podría estar más lejos de la verdad. En realidad, están imprimiendo con el objetivo de pagar la deuda actual y el coste de la deuda nueva. Lamentablemente, esta impresión también lleva consigo la semilla de la destrucción, ya que la dependencia de la imprenta en realidad está restringiendo el crecimiento económico. ¿Cómo puede ser eso? Presten mucha atención porque esto no lo escucharán en ningún otro lugar.
El dinero que está creando la Reserva Federal vuelve a la Fed, que a su vez utiliza para volver a comprar activos tóxicos a su valor nominal. Los superávits se los dan a las ineficientes administraciones estatales de Fannie Mae, Freddie Mac, Correos, Medicaid, Medicare, etc… Pero ahora es cuando viene el problema real, el resto de ciudadanos y las empresas están siendo desplazados del mercado del crédito. Los Gobiernos son notoriamente ineficientes y no saben utilizar el capital para fines eficientes, y muy posiblemente el Gobierno de EE.UU. sea el peor del planeta, con el permiso del español. Además, el crecimiento económico de Estados Unidos, históricamente se ha basado en la disponibilidad del crédito por parte de los ciudadanos y de la pequeña y mediana empresa.
En este momento, la Fed da dinero a los bancos a cambio de activos con un valor muy reducido por no decir nulo. Además, permite a los esos bancos a contabilizar su valor de forma ficticia en los libros. Los bancos son conscientes del problema y es por esto por lo que no prestan el dinero recibido por la Fed, sino que lo invierten en el Tesoro de EE.UU. ¡o lo depositan de nuevo en la Fed!
Eso significa que las pequeñas y medianas empresas, que necesitan crédito para crear crecimiento y puestos de trabajo, están excluidas del mercado del crédito. Así que la Fed crea más moneda fiat, el Gobierno crea más deuda y dando vueltas y vueltas hemos entrado en un círculo vicioso cada vez más difícil de romperlo.
El próximo gran debate tiene que ver con el techo de deuda que tendrá lugar en el Congreso y en la Casa Blanca. Como parte del debate, se supone que deben hacer frente a los problemas y respaldar el recorte de gasto. Mi consejo es que no esperen al resultado. Está claro que no va a haber ningún progreso real, no habrá una reducción significativa de los gastos y continuarán haciendo las mismas prácticas que han estado haciendo hasta ahora. Por una parte, el Congreso no será capaz de llegar a un acuerdo y por otra el Presidente se limitará a decir que tiene el poder de hacer lo que sea necesario para pagar la deuda. Esto hará que el debate sobre el techo de deuda llegue a un callejón sin salida y la nación más adicta a la deuda continuará su camino hacia la inevitable autodestrucción.
En un esfuerzo por combatir esta situación, los bancos centrales del mundo, con la excepción de EE.UU., han decidido imprimir con tal de devaluar sus monedas. La idea es que con una moneda más barata hacen que sus exportaciones sean más baratas para el resto del mundo. Esto es algo lógico y es por ello por lo que todo el mundo lo está haciendo. Sin embargo, una moneda en concreto no puede caer contra el resto de divisas, si el resto también imprimen tanto como los demás.
La Reserva Federal es un caso completamente diferente, ya que imprime por otro motivo completamente distinto. La Fed imprime para poder pagar su deuda. Actualmente, EE.UU. es el mayor deudor del mundo, con una deuda total que se encuentra entre los 75 billones y los 200 billones de dólares. Pero aparte de esto, está creando nueva deuda a una velocidad de 100.000 millones de dólares mensuales.
De nuevo, si escuchamos a la máquina bien engrasada de los medios de comunicación estadounidenses, nos están diciendo que la impresión (flexibilización cuantitativa) se está haciendo con el fin de promover el crecimiento. Por desgracia, nada podría estar más lejos de la verdad. En realidad, están imprimiendo con el objetivo de pagar la deuda actual y el coste de la deuda nueva. Lamentablemente, esta impresión también lleva consigo la semilla de la destrucción, ya que la dependencia de la imprenta en realidad está restringiendo el crecimiento económico. ¿Cómo puede ser eso? Presten mucha atención porque esto no lo escucharán en ningún otro lugar.
El dinero que está creando la Reserva Federal vuelve a la Fed, que a su vez utiliza para volver a comprar activos tóxicos a su valor nominal. Los superávits se los dan a las ineficientes administraciones estatales de Fannie Mae, Freddie Mac, Correos, Medicaid, Medicare, etc… Pero ahora es cuando viene el problema real, el resto de ciudadanos y las empresas están siendo desplazados del mercado del crédito. Los Gobiernos son notoriamente ineficientes y no saben utilizar el capital para fines eficientes, y muy posiblemente el Gobierno de EE.UU. sea el peor del planeta, con el permiso del español. Además, el crecimiento económico de Estados Unidos, históricamente se ha basado en la disponibilidad del crédito por parte de los ciudadanos y de la pequeña y mediana empresa.
En este momento, la Fed da dinero a los bancos a cambio de activos con un valor muy reducido por no decir nulo. Además, permite a los esos bancos a contabilizar su valor de forma ficticia en los libros. Los bancos son conscientes del problema y es por esto por lo que no prestan el dinero recibido por la Fed, sino que lo invierten en el Tesoro de EE.UU. ¡o lo depositan de nuevo en la Fed!
Eso significa que las pequeñas y medianas empresas, que necesitan crédito para crear crecimiento y puestos de trabajo, están excluidas del mercado del crédito. Así que la Fed crea más moneda fiat, el Gobierno crea más deuda y dando vueltas y vueltas hemos entrado en un círculo vicioso cada vez más difícil de romperlo.
El próximo gran debate tiene que ver con el techo de deuda que tendrá lugar en el Congreso y en la Casa Blanca. Como parte del debate, se supone que deben hacer frente a los problemas y respaldar el recorte de gasto. Mi consejo es que no esperen al resultado. Está claro que no va a haber ningún progreso real, no habrá una reducción significativa de los gastos y continuarán haciendo las mismas prácticas que han estado haciendo hasta ahora. Por una parte, el Congreso no será capaz de llegar a un acuerdo y por otra el Presidente se limitará a decir que tiene el poder de hacer lo que sea necesario para pagar la deuda. Esto hará que el debate sobre el techo de deuda llegue a un callejón sin salida y la nación más adicta a la deuda continuará su camino hacia la inevitable autodestrucción.