¿Cuántas veces has escuchado esta frase? “Este es el mejor mercado, activo, sector, etc”.
Te confieso que cada vez que escucho o leo algo de este estilo no puedo evitar reírme. Y es que depende de por dónde lo mires, un activo puede ser de lo mejor para ti, pero para otra persona, puede no serlo tanto. Así que aquí hay un tema de relatividad a la hora de hacer esta afirmación. Yo parto del principio de que puede haber el mejor mercado para un determinado individuo y otro para alguien más. Es por eso que, a la hora de buscar “el mejor mercado”, debemos preguntarnos: ¿Cuál sería el mejor para mí?
Para facilitarte el trabajo, déjame plantearte una serie de variables que debes considerar a la hora de elegir tu mercado ideal:
1. Tu tolerancia a riesgo: si es baja, nada haces invirtiendo en criptos, te garantizo en menos de un mes un infarto o una aneurisma. Como alternativa puedes buscar mercados más estables, como bonos o acciones de gran capitalización bursátil.
2. Tu capital: dependiendo de la cantidad de dólares que tengas libres para invertir, puedes elegir entre un activo u otro, si solo tienes 100 dólares en acciones de Apple (NASDAQ:AAPL), no serían tu alternativa más viable. Pero quizás si eres ciudadano de Estados Unidos, y tienes acceso a un fondo indexado del SP500, perfectamente puedes hacer tu inversión inicial.
3. ¿Conoces las características del activo que operas? Cuando salieron los contratos micro del futuro del SP500, muchas veces me hacían la siguiente pregunta: "¿Qué opinas de los contratos micro?". Y lo que me parecía curioso del hecho es que gente que tenía años operando el contrato mini, no tenía idea de que se trataba de un contrato del mismo producto, pero con una variación mínima de precio inferior, perfectamente podían seguir con su contrato mini sin partirse la cabeza tratando de saber si uno era mejor que el otro.
Entonces, ¿te fijas? Como con solo tres variables desbaratamos el concepto del “mejor mercado”. Hace falta, entonces, analizar nuestras condiciones personales, tanto de capital, como de aversión al riesgo, y luego viene el tema de la disponibilidad de activos, que ese es otra limitante. Espero, como siempre, haberte aportado algo de valor en tu camino a convertirte en inversionista.
Hasta el próximo artículo.