- El oro se mantiene en niveles de sobrecompra técnica en múltiples plazos, mostrando el RSI una divergencia negativa, señal de un posible debilitamiento.
- La fuerte correlación del oro con el S&P 500 sugiere que una corrección más profunda de las acciones podría lastrar los precios del oro.
- Una ruptura por debajo del nivel de soporte clave de 2.877 dólares podría desencadenar una venta mayor, mientras que el nivel de resistencia de 2.940- 2.950 dólares ya ha provocado una recogida de beneficios.
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El oro sube al inicio de la semana, tras la caída del viernes, probablemente debido a la recogida de beneficios. A pesar del cierre más flojo del viernes, logró anotar su octava subida semanal consecutiva. Sin embargo, como se vio en los mercados de valores estadounidenses el viernes, los mercados no siempre suben.
Un cambio en la confianza puede desencadenar una fuerte liquidación, y ni siquiera el oro es inmune. Dada la correlación positiva del oro con el S&P 500 en los últimos años, una corrección más profunda de las acciones podría lastrar al metal estos próximos días, sobre todo porque el metal precioso se mantiene en un nivel de sobrecompra técnica en múltiples plazos.
El oro se mantiene firme a pesar de la peor sesión de 2025 para las acciones estadounidenses
La caída del mercado bursátil del viernes —la peor jornada de 2025 para las acciones de Estados Unidos— se produjo en respuesta a unos datos económicos más débiles de lo esperado y a un repunte de las expectativas de inflación a largo plazo entre los consumidores. Los mercados de bonos repuntaron, haciendo bajar el rendimiento. El oro, a pesar de cierta debilidad intradía, se aferró a una ganancia semanal, aunque la plata y el petróleo crudo se comportaron peor, sufriendo este último importantes descensos.
¿Por qué ha resistido el oro mientras otros activos de riesgo se tambalean? La respuesta parece estar en los flujos de activos considerados refugio seguro, impulsados por las actuales tensiones geopolíticas y comerciales. Estas preocupaciones han disuadido de una oleada considerable de recogida de beneficios o de ventas especulativas en corto. Los traders siguen comprando en las caídas, manteniendo el impulso alcista que ha caracterizado la reciente evolución de los precios.
La incertidumbre en torno a la capacidad de Trump para negociar una resolución rápida en Ucrania —a pesar de su retórica asertiva— ha reforzado aún más el atractivo del oro. Kiev y la UE parecen cada vez más al margen de las conversaciones de paz entre Estados Unidos y Rusia, lo que refuerza la demanda de oro por parte de los inversores como cobertura frente a la incertidumbre.
Dicho esto, los riesgos de una corrección son cada vez mayores, sobre todo teniendo en cuenta las condiciones técnicas de sobrecompra del oro y su fuerte correlación con el S&P 500 en los últimos años.
¿Qué factores podrían hacer bajar el precio del oro?
A pesar de su reciente fortaleza, el oro sigue siendo vulnerable a un movimiento correctivo a la baja. Un retroceso no sería del todo inoportuno, sobre todo entre los traders que desconfían de un mercado sobrecalentado. Si las tensiones geopolíticas disminuyen, el atractivo del oro como refugio seguro podría disminuir. Si Trump consigue hacer avanzar las negociaciones en Ucrania y Gaza, la demanda de activos defensivos podría disminuir, aunque este resultado no está ni mucho menos garantizado.
Además, las agresivas políticas fiscales de Trump y su postura proteccionista podrían avivar las presiones inflacionistas, lo que podría provocar nuevos retrasos en los recortes de tipos de la Reserva Federal. Cualquier aplazamiento de la relajación monetaria apoyaría el rendimiento de los bonos, creando potencialmente obstáculos para el oro (aunque éste no ha sido el caso en los últimos dos años).
Desde el punto de vista del trading, por ahora no hay señales técnicas definitivas de un cambio de tendencia inminente. Sin embargo, una ruptura por debajo de 2.900 dólares podría servir como una advertencia temprana de que el impulso alcista se está desvaneciendo. Un cambio más preocupante sería una caída decisiva por debajo de 2.877 dólares, que marcaría un mínimo inferior y posiblemente desencadenaría una corrección más prolongada.
Niveles clave y escenarios para el oro
El oro ha estado luchando por superar el nivel de resistencia en torno a los 2.940- 2.950 dólares, una zona que coincide con la extensión de Fibonacci del 161,8% de la caída de octubre. Esta zona ya ha provocado cierta recogida de beneficios.
Mientras tanto, el índice de fuerza relativa (RSI) se mantiene en niveles de sobrecompra en los plazos diario, semanal y mensual. Y no sólo eso, sino que el RSI se encuentra además en un estado de divergencia negativa en estos marcos de tiempo, registrando máximos más bajos en comparación con el precio del oro subyacente que ha estado alcanzando máximos más altos. Esta divergencia sugiere que el repunte podría estar perdiendo fuelle. Dicho esto, no hay señales bajistas claras en el precio del oro subyacente con los que los traders puedan trabajar todavía. Por lo tanto, las condiciones de sobrecompra del RSI sólo sirven como advertencia para los alcistas del oro, por ahora.
A la baja, 2.877 dólares sigue siendo un soporte técnico clave. Una ruptura de este nivel podría indicar un cambio en la confianza, allanando el camino para una corrección más profunda hacia la región de 2.790-2.800 dólares.
Hasta que se sobrepase el nivel de 2.877 dólares, la tendencia alcista general se mantiene intacta, con compradores dispuestos a intervenir a la primera señal de debilidad.
De hecho, el escenario alternativo para el oro es que, si ahora logra superar el rango de 2.940-2.950 dólares, podría abrirse la puerta a nuevas subidas, poniendo a tiro el nivel psicológicamente significativo de 3.000 dólares.
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Descargo de responsabilidad: Este artículo ha sido escrito únicamente con fines informativos; no constituye una solicitud, oferta, consejo, asesoramiento o recomendación para invertir, ni pretende incentivar la compra de activos de ninguna manera. Hay que recordar que cualquier tipo de activo se evalúa desde múltiples puntos de vista y es tremendamente arriesgado y, por lo tanto, cualquier decisión de inversión y el riesgo asociado sigue siendo responsabilidad del inversor.