A fin de la tarde del domingo, estaba claro que no había habido mucho progreso en la cumbre del G-20 en México. Aunque había pocas expectativas, había una posibilidad de que el G-20 haga un anuncio importante (como en la cumbre de 2008, cuando destinó $ 1 billón a rescatar a la economía mundial). Sin embargo, los comentarios provenientes de México sugerían que las naciones del G-20 querían que Europa haga más para resolver sus propios problemas antes de proporcionar recursos adicionales.
La declaración del ministro de economía británico, George Osborne, puso de relieve el sentimiento: "Estamos dispuestos a considerar el destinar recursos del FMI, pero sólo una vez que vemaos el color del dinero de la zona euro y no hemos visto el color del dinero de la zona euro", dijo a Sky TV. "Creo que aquí se establecerá claramente un quid pro quo". El ministro de economía de Japón dijo que las naciones del G-20 no discutieron los detalles de cómo los nuevos préstamos en $ 500 mil millones del FMI podrían ser utilizados para ayudar a Europa, afirmando que "Tenemos que seguir discutiendo algunas cosas.”
Hubo muchas duras declaraciones sobre la necesidad de reforzar la protección financiera de Europa, pero no hubo datos reales sobre una estrategia a seguir. Y con la cumbre de la UE de esta semana, era muy poco probable que el G-20 dé el primer paso. En la cumbre de la UE, se espera que los líderes discutan el límite del ESM y, lo más importante, firmar el pacto fiscal. "La posición del gobierno alemán no ha cambiado: no vemos ninguna necesidad de aumentar el límite superior del ESM", dijo un funcionario del gobierno cercano a la canciller Angela Merkel, continuando con la línea dura de Alemania. El viceministro de finanzas de China, Zhu, dijo que está convencido de que la crisis de la eurozona puede ser subsanada, y dijo que China estaba dispuesta a aumentar su ayuda para resolver los problemas de Europa, pero Zhu también negó los rumores del mercado de que China contribuiría con $ 100 mil millones para el FMI.
Es evidente por la falta de progreso que el rescate de Grecia no ha finalizado la crisis europea, sin embargo, ha desacelerado significativamente la velocidad de su desarrollo. En este punto, estaremos atentos a los cambios en la estructura política, la evolución de los datos trimestrales y los informes de la troika, factores con un horizonte a más largo plazo. Esto significa que el EUR y el riesgo seguirán mejorando diariamente. Por supuesto, hay gente que, naturalmente, cree que esta acumulación de eventos de riesgo provoque una reversión en los mercados. El segundo LTRO a 3 años del BCE se llevará a cabo el miércoles; los resultados se publicarán sobre el mediodía de Europa. Teniendo en cuenta el efecto que el primer LTRO a 3 años (un aumento bruto de € 489 mil millones) tuvo en los mercados financieros y en el apetito de riesgo, esta operación será fundamental. Hay una sensación de que si continúa este repunte del riesgo actual, se necesitará otro gran aumento.
El otro gran tema pendiente de Europa es la cuestión del canje de la deuda griega. No conoceremos los resultados hasta más o menos el 9 de marzo, pero empezaremos a escuchar rumores respecto a la participación. Teniendo en cuenta los comentarios, parece que habrá una buena participación, pero por debajo de la línea base de la troika del 95%, por lo que se activará el CAC. Esto a su vez se definirá como un evento de crédito y se dispararán los CDS. La idea actual es que no habrá muchos problemas inesperados. Dado que los bancos centrales mantienen las tasas de interés bajas, la implementación de una política no convencional, el LTRO a 3 años del BCE (y con una segunda vuelta que se aproxima) que contiene el contagio, y los datos de crecimiento relativamente estabilizados, hay pocas razones para pensar que el repunte del riesgo actual se revierta. El petróleo está experimentando una rápida apreciación y sigue siendo un punto de atención en Europa, pero en general somos positivos respecto al riesgo.