Cuando miramos el rendimiento de las acciones de las principales redes sociales en lo que va de 2018, vemos una interesante tendencia emergente.
El último de la cola del año pasado, Twitter (NASDAQ: TWTR), se ha recuperado y ahora está reportando jugosos beneficios.
Al mismo tiempo, Facebook (NASDAQ: FB), número uno en rendimiento el año pasado, no ha hecho prácticamente nada por sus inversores.
¿Es hora de reconsiderar posiciones en cuanto a las acciones de uno de ellos o de ambos?
Las acciones de Facebook han subido sólo un 2% este año, zarandeadas por la incertidumbre en torno al crecimiento futuro. A los inversores les preocupan los últimos cambios en cuanto a las noticias y si esto tendrá un impacto en el tiempo que los usuarios dedican a la red social y en los ingresos por publicidad de la empresa.
La gran pregunta para los inversores es: ¿seguirá este gigante de las redes sociales generando ingresos al impresionante ritmo que lo lleva haciendo los últimos tres años? En 2017, Facebook anunció unos insuperables beneficios de 15.900 millones de USD y unas ventas de 40.650 millones de USD.
Los impresionantes indicadores de valoración de Facebook, sin embargo, siguen respaldando las acciones, que se han mantenido a pesar de los recientes obstáculos. Las acciones de Facebook, por ejemplo, en términos de ganancias, tienen la valoración más baja del grupo FAANG; la empresa no tiene deudas y tiene los mejores márgenes de beneficio y funcionamiento del grupo.
Aun así, la actual oleada de noticias negativas sobre Facebook no ha terminado del todo todavía. La empresa se ha topado con el creciente escrutinio por parte de reguladores y políticos de algunas de esas fisuras (y la falta de transparencia) que supuestamente permitieron a los adversarios de Estados Unidos explotar la información de los usuarios de Facebook para manipular las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Según las novedades más recientes, Facebook ha anunciado la suspensión de Cambridge Analytica, una compañía ubicada en Londres que trabajó para la campaña presidencial de 2016 de Donald Trump, acusándola de recibir datos personales de cuentas de redes sociales sin permiso. Algunos informes de prensa dicen que la filtración de datos incluye información de más de 50 millones de perfiles de Facebook, lo que ha provocado que la oficina de la fiscal general de Massachusetts, Maura Healey, abra una investigación sobre el asunto.
Estas cuestiones resumen por qué el rendimiento de las acciones de Facebook ha descendido este año. El precio ha estado amenazando con situarse por debajo de su media móvil de 50 días; si no consigue mantener este nivel de apoyo, no se puede descartar un descenso hasta la media móvil de 200 días, según algunos analistas.
Twitter, por el contrario, ha protagonizado un repunte notable en 2018, subiendo un 45% este año, ampliando la subida del 135% registrada durante el último año completo. Estas grandes subidas indican que Wall Street ha vuelto a cogerle cariño a este competidor de Facebook al que en su día condenó al olvido.
Animados por los cambios en la interfaz de usuario de Twitter, los nuevos rumores en torno a posibles adquisiciones y los últimos resultados trimestrales, los inversores tienen la esperanza de que Twitter pueda seguir generando dinero gracias a su nicho como foro de celebridades y discusiones sobre política.
Para juzgar con mayor precisión las dos empresas, primero hay que tener en cuenta que Twitter consiguió registrar beneficios en el primer trimestre tras incurrir en unos 2.200 millones de USD en pérdidas acumuladas de 2013 a 2016.
Tras un drástico recorte de gastos en el último año, Twitter logró informar de sus primeros beneficios en el cuarto trimestre. La compañía anunció unos ingresos netos de 91,1 millones de USD en 731,6 millones de beneficios y 0,12 USD por acción, lo que supone un positivo avance frente a las pérdidas de 167,1 millones de USD del mismo período del año anterior. De hecho, Twitter cree que 2018 será su primer año completo de rentabilidad.
Aunque Twitter ha logrado que sus ingresos aumenten en un 2% en el cuarto trimestre, esta gran oscilación final fue provocada principalmente por su unidad de reducción de costes. La compañía redujo los costes totales en un 28%, gracias a una reducción del 34% en gastos de investigación y desarrollo, un recorte del 29% del coste de los ingresos y una disminución de 27% en ventas y marketing.
Mi mayor preocupación es: ¿podrá esta oscilación sostenerse en vista de los escasos ingresos y los constantes interrogantes sobre el crecimiento de usuarios, cuando el giro en la cuenta de resultados se ha logrado casi en su totalidad por medio de la reducción de costes?
¿Cuál es mejor opción de compra?
No cabe duda de que las acciones de Twitter tienen tirón y han sido muy populares en lo que va de 2018. Facebook, sin embargo, está luchando por ganar fuelle, pues su plataforma está experimentado algunas de las mayores dificultades de la historia de la empresa; tanto que podría justificarse una gran transformación de su modelo de negocio.
Si es usted inversor a largo plazo, creo que ambos pueden ofrecerle cosas buenas. Twitter está lejos de ofrecer lo que Facebook ha conseguido desde su salida a bolsa en 2012. El total de usuarios activos mensuales ha alcanzado los 2.100 millones frente a los 330 millones de Twitter. Las acciones de FB han quintuplicado su valor desde su salida a bolsa, mientras que las de Twitter stock han subido en torno a un 35% con respecto a su precio de IPO de 26 USD por acción en 2013.
Tal y como yo lo veo, las acciones de Facebook siguen siendo una apuesta segura a largo plazo pese a sus actuales dificultades. Creo que las acciones de Facebook reanudarán su subida en cuanto desaparezca la incertidumbre política de Estados Unidos y Mark Zuckerberg demuestre a los inversores que su máquina de generación de beneficios sigue intacta. Esto lo hará mediante la generación de grandes beneficios en el próximo par de trimestres.
Yo no compraría acciones de Twitter en un futuro próximo a pesar del giro de la compañía de rojo a negro. Creo que aún tiene mucho trabajo por delante para hacer crecer sus ingresos a un ritmo lo suficientemente bueno como para justificar su elevada valoración actual.