Es cierto que otros lo han hecho mejor años atrás y que, por lo tanto, el margen de subida, en teoría, es mayor en nuestro índice que lo que podría ser en un DAX o un S&P, el primero en máximos históricos tras haber roto el techo del 2015 y el segundo al ir marcado uno nuevo mes a mes prácticamente. Sin embargo, este año nuestro selectivo es el mejor entre los principales índices mundiales, por no decir el mejor. Llevamos más de un 14% de subida en este primer cuatrimestre, apoyados en gran medida por un sector financiero renovado, que desde el verano pasado y salvo consolidaciones puntuales, no ha dejado de subir y, en líneas generales, con un mercado fuerte que, a las breves correcciones y tomas de beneficios, responde al alza con el doble de intensidad. Esta semana ha sido un nuevo empujón a esta directriz tan definida tras el resultado de la primera vuelta de las elecciones en Francia, que dieron por ganador a Macron frente a la ultraderechista Le Pen.
Esa intensidad de la que hablamos, le ha llevado al IBEX ha dejarnos, desde el del rally de fin de año, un total de cinco gaps alcistas (2 en torno a los 9.000, el resto en los 9.500, 10.000 y 10.500), que si bien en algún momento habrá que cerrarlos, cierto es que también son un innegable reflejo de la fuerza con la que hemos estado subiendo, coincidiendo todos ellos con fuertes entradas de dinero en bolsas. Y como esto es un ejercicio de búsqueda de señales y hay que tener en cuenta que la historia tiende a repetirse, hay que tener en cuanta algunos elementos relevantes de cara al próximo cuatrimestre: llega el mes de mayo y con él la parte del año más floja, lo que teniendo en cuenta el gran comportamiento de esta primera parte del año, le otorgan un mayor protagonismo a esta teoría. Por otro lado, a pesar de la ruptura de los 10.630 con extraordinaria fuerza y hueco incluido, justo por encima tenemos la directriz bajista de largo plazo y el gap bajista de agosto del 2015 justo por encima de los 11.000 puntos, con el abrimos la puerta a una caída de casi 3.500 puntos. En definitiva, algo de resistencia deberían de ejercer todos estos elementos sobre nuestro selectivo, aunque por el momento tenemos una directriz alcista sin señales de fatiga y una exhibición de fuerza que nos ha traído suculentas ganancias a nuestras carteras en los que llevamos de 2017.
Esa intensidad de la que hablamos, le ha llevado al IBEX ha dejarnos, desde el del rally de fin de año, un total de cinco gaps alcistas (2 en torno a los 9.000, el resto en los 9.500, 10.000 y 10.500), que si bien en algún momento habrá que cerrarlos, cierto es que también son un innegable reflejo de la fuerza con la que hemos estado subiendo, coincidiendo todos ellos con fuertes entradas de dinero en bolsas. Y como esto es un ejercicio de búsqueda de señales y hay que tener en cuenta que la historia tiende a repetirse, hay que tener en cuanta algunos elementos relevantes de cara al próximo cuatrimestre: llega el mes de mayo y con él la parte del año más floja, lo que teniendo en cuenta el gran comportamiento de esta primera parte del año, le otorgan un mayor protagonismo a esta teoría. Por otro lado, a pesar de la ruptura de los 10.630 con extraordinaria fuerza y hueco incluido, justo por encima tenemos la directriz bajista de largo plazo y el gap bajista de agosto del 2015 justo por encima de los 11.000 puntos, con el abrimos la puerta a una caída de casi 3.500 puntos. En definitiva, algo de resistencia deberían de ejercer todos estos elementos sobre nuestro selectivo, aunque por el momento tenemos una directriz alcista sin señales de fatiga y una exhibición de fuerza que nos ha traído suculentas ganancias a nuestras carteras en los que llevamos de 2017.