El Plan de estímulo de China ni es nuevo, ni es el mejor.
El nuevo plan de reestructuración presentado por China, que está animando a las bolsas, ni es nuevo ni está animando a las bolsas tanto como lo hizo el plan anterior presentado a principios de 2024.
Técnicamente hablando, los planes de estímulo anunciados en abril de 2024 generaron una subida más fuerte en las bolsas chinas, llevando el HSI a un aumento de más del 20% en aproximadamente un mes. La subida que hemos experimentado desde el anuncio de estas medidas en esta ocasión se sitúa en torno al 12.50% de ganancia en el índice Hang Seng. Algo similar se encuentra si se analiza el caso de la bolsa de Shanghái, el índice SSEC.
Sin embargo, la situación de la economía global no es la misma que hace unos meses. Podríamos considerar la evolución de 2024 como negativa. Los riesgos de recesión en Europa son cada vez más claros. La economía estadounidense se está desacelerando, acorde con el plan de aterrizaje suave de la Reserva Federal, pero sigue siendo una desaceleración económica en definitiva. Y en el caso de China, vuelven a surgir riesgos de fraccionamiento, caída de las importaciones, lo cual reflejaría un menor consumo interno, y estos, en esencia, son los problemas estructurales de la economía china.
Le advertí de esto, y no fui el único.
El objetivo de este artículo es informarle de que esto mismo, que llevo repitiendo durante meses en mis reportes, ha sido ratificado por dos importantes personajes.
Exgobernador del Banco Popular de China habla.
El primero, Yi Gang, expresidente del Banco Popular de China (PBoC), quien advirtió que se requerían medidas monetarias y fiscales más agresivas para reactivar la economía china, y, asimismo, destacó la importancia del riesgo deflacionario que padece China. Los índices de precios de la producción (PPI) de China han salido negativos durante el último año en varias ocasiones, sala de los precios finales del consumo sobre los que se mide la inflación. De hecho, la inflación de agosto en China fue del 0.6%, teniendo en cuenta que los alimentos subieron más de un 2%, descontando estos, la tasa de inflación habría subido solo un 0.2%.
Así que, mientras el resto de las grandes economías se concentran en contener la inflación, en el caso de China, las medidas buscan generarla. Y es que la inflación está demonizada, pero la ausencia de esta suele reflejar una caída de la actividad económica; no puede producirse inflación donde no se producen transacciones.
Por estos motivos, la relajación monetaria, la reducción de los coeficientes de reserva bancarios, la flexibilización del crédito hipotecario, la incentivación de la compra de segunda vivienda, el aumento del gasto público, la flexibilización de políticas regionales, todo esto está enfocado en generar un efecto inflacionista en la economía fruto de una mayor actividad económica.
Exgobernador del Banco de Japón confirma.
El segundo personaje que ha ratificado los temores que compartí con ustedes en los reportes es el expresidente del Banco de Japón (BoJ), el señor Kuroda, quien recientemente aseguró que la situación de China le recuerda a la que padeció Japón a finales de la década de los 90.
Señaló tres problemas clave que tendrían en común ambas economías: la deflación, como resultado de un exceso de producción o un debilitamiento del consumo, el problema migratorio y las empresas zombis.
La principal diferencia es que las empresas zombis japonesas estaban sostenidas por la banca, y en China, las empresas regionales participadas por el Gobierno están sostenidas por los gobiernos regionales, que a su vez están sostenidos por el Banco Central. Y aunque el caso de China no es tan extremo como el de Japón, quizás no lo es aún, y en un futuro esperemos no ver mayores similitudes.
Les dejo el video donde explico todo esto al detalle.