En circunstancias normales, un recorte de tipos de interés de emergencia debería haberle bastado a Wall Street. Pero estos son tiempos extraordinarios, por lo que ni siquiera dos recortes no programados de la Fed han conseguido obrar el milagro, ni para las acciones ni para el oro.
Pero también sucedió otra cosa el lunes que debería haber llamado la atención de cualquier adepto del oro. Fue el reconocimiento de Donald Trump por primera vez de que Estados Unidos "podría" encaminarse hacia una recesión como resultado de la crisis del coronavirus, interrumpiendo una racha de casi 11 años de crecimiento económico récord.
A lo largo de su mandato, el presidente se ha caracterizado por impulsar más que lastrar el mercado de valores con su discurso, incluso en tiempos inciertos, como los primeros días de esta pandemia.
Por lo tanto, escucharle decir por fin que Estados Unidos podía tener dos trimestres consecutivos o más de declive económico —lo que técnicamente corresponde a una recesión— ha sido algo bastante importante. Wall Street se estancó aún más al cierre del lunes tras las declaraciones de Trump en la sesión informativa diaria de Covid-19, proporcionando al Dow su peor jornada de la historia con un desplome de 3.000 puntos.
El oro también ha perdido bastante en la última semana, descendiendo los futuros sin contemplaciones desde los máximos de siete años registrados por encima de 1.704 dólares por onza hasta situarse en 1.486,50 dólares el lunes. Tras la liquidación del lunes, volvieron al territorio de 1.500 dólares, pero volvieron a apartarse de este nivel de apoyo durante la jornada de negociación de este martes en Asia.
¿Significará algo la "recesión" para el oro?
Si los acontecimientos de la semana pasada son indicativos, la estabilidad del oro en máximos de 1.400 dólares podría tambalearse también. Por lo tanto, vale la pena preguntarse si el reconocimiento de Trump de una posible recesión podría cambiar las previsiones del metal precioso, ya que incluso el estímulo impulsado agresivamente por parte de la Reserva Federal no parece estar sirviendo de nada.
Como poco, es una pregunta válida para cualquiera que apueste por el oro ya que el testimonio de Trump fue la historia más importante en los mercados el lunes, aparte del espectacular fracaso de la Fed, su recorte tipos de un punto y la promesa de compra de bonos por valor de 700.000 millones de dólares, solo superado por el épico desplome del Dow.
La respuesta rápida a esa pregunta ahora mismo es "no", aunque eso podría cambiar con el tiempo.
Como la mayoría de los participantes del mercado se habrán dado cuenta, lo que está sucediendo con el oro ahora ni siquiera es fundamentalmente correcto. Como refugio seguro de primer nivel —además de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, por supuesto—, el oro debería estar en 1.800 dólares por onza, tal vez incluso en nuevos máximos históricos, por encima de 1.900 dólares, dada la incertidumbre en torno a casi todo lo demás debido al Covid-19.
En cambio, debido a su valor relativo —vis-a-vis con el Dow que ha perdido casi 30% en el conjunto del año; el oro ha caído sólo un 3%—, el metal precioso se ha convertido en un cajero automático para aquéllos con pérdidas y márgenes que cubrir en acciones. La súper liquidez del mercado del oro es a la vez fortuna y maldición para el metal, por lo que es fácil descartarlo al menor cambio.
La siguiente caída podría llevar al oro por debajo de 1.450 dólares, y después por debajo de 1.400 dólares
Según los gráficos, si los futuros del oro dejaran atrás los mínimos de noviembre registrados en 1.447,10 dólares, a sólo unos 40 dólares de distancia, entonces el siguiente mínimo a defender se encontraría en los 1.382,80 dólares de julio.
Con respecto a la situación actual del mercado, eso está a 100 dólares de distancia. Sin embargo, dada la liquidación del oro de la semana pasada, que alcanzó la velocidad de caída de un ascensor al que le cortan los cables, parece que los 1.400 dólares también sería un bivel de defensa dudosa.
No soy el único que opina esto.
Jeffrey Halley, un veterano de las materias primas de OANDA, tiene opiniones similares.
"Aunque el entorno fundamental del oro prácticamente grita que debería estar subiendo más, debemos respetar lo que los mercados y la acción de los precios nos están diciendo", escribe Halley en una nota publicada este martes.
Y añade:
"Sin embargo, noto que el nivel de soporte técnico a largo plazo en 1.450 dólares la onza se ha mantenido generosamente, registrando mínimos durante la noche. Si queda algún alcista del oro, podría querer utilizar eso como punto de partida para volver a entrar en el mercado. Sin embargo, tome nota de que un cierre semanal por debajo de ese nivel implica pérdidas mayores hasta por debajo de 1.400,00 por onza".