En Argentina se encuentra la famosa Ruta 40. Es una ruta que discurre desde Cabo Vírgenes, en la Patagonia, hasta la ciudad de La Quiaca, ciudad fronteriza entre este país y Bolivia. Tiene una longitud de 5194 Km y a parte de ser una vía de comunicación, es un recorrido que es transitado por diferentes turistas y aventureros de todo el mundo ya que una gran parte de su recorrido trascurre por pista sin asfaltar o como dicen en argentina, por ripio y no está exenta de diferentes dificultades orográficas y climatológicas que dificultan su avance.
Pues bien, una de esas dificultades de las que hablo, es el paso abra de acay, en la provincia de salta. Es un punto montañoso donde la ruta llega hasta los 4895 metros de altitud, con la dificultad que eso conlleva para los motores de los coches/motos e incluso para las personas puesto que la cantidad de oxigeno es limitado. Pues el paso de abra de acay se ha hecho también famoso por un zorro que vive allí. Es un animal que vive de la comida que le dejan los turistas que por allí pasan. Es el único animal que existe en muchos kilómetros alrededor, ya que estamos hablando de una zona montañosa, árida, sin vegetación y que dificulta la vida animal.
Pues bien, ese zorro, ha sido capaz de adaptarse a ese lugar hostil. Lo hace “demandando”, “suplicando” comida a los viajeros. Lo hace, recogiendo las migajas de los que pasan por ahí.
Un trader minorista se encuentra solo, delante de su ordenador. Sin compañeros, sin clientes ni proveedores. Debe ser autosuficiente. Sabe que el mercado es hostil (como el paso de abra de acay). Sabe que cada vez que se sienta en su puesto de trabajo su única misión es sobrevivir. Tiene que estar constantemente pendiente para no ser engañado. Sabe que del riesgo de dejar una operación abierta durante la sesión nocturna incrementa su incertidumbre. Tiene el pequeño consuelo de poder participar en algún foro de inversión para poder “desfogarse” de su actual estado emocional, de vomitar su resignación contra otros foreros o en el mejor de los casos compartir operativa y puntos de vista sobre determinadas operaciones. Y sobre todo, sabe y es consciente que la única forma de ganar es recogiendo las migajas que dejan las grandes instituciones financieras.
Sí. Rotundamente sí. Todos los traders minoritas tenemos un poco de ese zorro que sobrevive en el paso de abra de acay de la Ruta 40. El zorro sobrevive con las migajas de comida que le dejan. Nosotros con las migajas de los grandes tiburones que dejan plasmadas “sutilmente” en un gráfico, y que solamente los más expertos, solamente los más avezados son capaces de identificar.
No se rindan. Hemos escogido este trabajo, aceptando sus dificultades y también sus beneficios. Si el zorro sigue sobreviviendo, nosotros también.
Que tengan buenas inversiones.