Las reservas internacionales de Suiza subieron por tercer mes consecutivo en septiembre. El balance de divisas del Banco Nacional de Suiza (BNS) aumentó 7.500 millones de francos suizos, de 716.900 millones a 724.400 millones, registrando un nuevo máximo histórico. Desde el comienzo del año, las reservas de divisas se elevaron casi en 80.000 millones de francos suizos, ya que el BNS ha seguido comprando moneda extranjera, en su mayoría EUR y USD, con el objetivo de proteger al franco suizo.
Sin embargo, el BNS ha tenido un buen verano y fue capaz de reducir significativamente el ritmo y el tamaño de sus intervenciones en el mercado de divisas.
De hecho, el franco suizo perdió terreno frente a la mayoría de sus pares durante los meses de verano. Desde junio, cayó contra todas las monedas, perdiendo el mayor porcentaje contra al dólar canadiense (-8,25%), la corona sueca (-7,5%), pero lo más importante frente al euro (-5,20%) y el dólar (-0,90%).
Por lo tanto, el aumento sostenido de las reservas de divisas no es el resultado de un repunte de la actividad del BNS en el mercado de divisas, sino más bien el resultado de la apreciación de la participación de la entidad cuando se valúa en CHF. La estabilización de los depósitos a la vista en el BNS apoya esta idea: desde principios de junio, el total de depósitos a la vista se estabilizó en torno a 578.000 millones de francos suizos.
El banco central suizo seguirá sentado y relajado, especialmente ahora que la inflación se está recuperando lentamente. La presión sobre los hombros del BNS finalmente está cediendo un poco, ya que el par EUR/CHF opera en torno a 1,15. Sin embargo, una crisis podría surgir en cualquier momento y la situación catalana sugiere que la Unión Europea aún no está fuera de peligro, especialmente en relación con el deseo de independencia de algunos de sus miembros.