"La estadística, como verán más abajo, es contundente: los veranos no son para la bolsa. Es mejor estar fuera del circuito. Recuerdo Las bicicletas son para el verano, de Fernando Fernán-Gómez. La obra teatral empieza, ya saben, con Luis y Pablo hablando sobre libros y, en concreto de qué pasaría si en Madrid hubiera una guerra y en que lugares podrían haber barricadas. También hablan de sus cosas".
"De repente he recordado los nueve últimos veranos de la bolsa, veranos llenos de cábalas, de especulaciones, algunas de ellas muy atroces como las del verano en que el Reino de España estuvo contra las cuerdas, cuando casi nos sacan del mapa europeo, con la prima de riesgo por encima de los 600 puntos y unos y otros, banqueros y empresarios incluidos, exigiéndole a Mariano Rajoy que pidiera el rescate del Reino de España".
"Pero el rescate no llegó, solo el bancario, que fue el justo y necesario. Eso fue el verano de 2012. El anterior también estuvo plagado de sobresaltos y decepciones. La mayor de ellas vino de la mano del deterioro, aún mayor, de las condiciones económicas en un momento en que la mayor parte de los actores en los mercados esperaba (y deseaba) lo contrario. Ese verano marcó el reinicio de una nueva tendencia a la baja de los mercados".
"Las bicicletas de este verano, que asoma, llega de la mano de un Wall Street instalado en la luna y al nerviosismo generado por los diferentes, escenarios geopolíticos, pero con clara mejoría de las condiciones económicas. ¿Hemos pasado lo peor? Sí, lo hemos pasado. ¿Hacia dónde vamos? Hacia crecimientos lentos, moderados, pero crecimientos, aunque sin vigor y crecientes tasas de empleo sujetas a los nuevos escenarios".
"Estamos en el nuevo mundo surgido de una crisis sistémica, que aún perdura. Fenómeno, aunque muy repetido, que la mayoría de los inversores, gestores, analistas y ciudadanos en general no acaba de comprender, porque no lo quieren ver. La mayoría sigue confiando en el milagro. Pero todo presagia que el pasado no volverá de ningún modo. Estamos metidos en nuevo ciclo y la bolsa debe acostumbrarse a él, lo mismo que los participantes u observadores", me dice el analista jefe de un banco de inversión.
Más apuntes singulares en esta época del año ¿Vender en mayo y echarse a dormir? Steen Jakobsen, economista jefe de Saxo Bank en Dinamarca, escribía a principios de mes que esta estrategia se basa en el principio de exceso de rentabilidad durante el inviernos (desde noviembre a abril) y el movimiento contrario entre mayo y octubre. El mejor análisis sobre este fenómeno es un documento de 2002 de Sven Bouman and Ben Jacobsen en The American Economic Review; que demuestra que las rentabilidades de invierno son considerablemente más altas que las de verano en 36 de 37 países.
Un nuevo documento de Jacobsen and Cherry Y. Zhang examina más en profundidad el indicador de Halloween y demuestra de nuevo que la estrategia funciona.
Los autores concluyen que la estrategia de "vende en mayo" bate el mercado más del 90% de las veces en horizontes temporales de más de 10 años, con una rentabilidad media tres veces más alta que el mercado.
Puede parecer raro teniendo en cuenta los resultados récord de este primer trimestre, pero la rentabilidad es un indicador lastre. No obstante, ha sido muy gratificante ver que nuestra confianza y apuesta en renta variable europea ha sido premiada.
Un poco de historia:
El gran problema, sin embargo, sigue siendo el mismo: mi regla de los nueve meses de crédito, que mantiene que el estimulo del crédito marca el camino de la economía en nueve meses, lo que significa que los buenos resultados del primer trimestre de 2017 han sido provocados nueve meses antes.
Entonces, ¿qué pasó en el segundo y tercer trimestre de 2016?
Zona euro
Esto no es una "máquina de hacer dinero", pero a pesar de querer destruir el concepto del indicador de Halloween, Jacobsen and Zhang confirman el impacto de la estacionalidad en el trading.
Terminaré, entonces, mencionando una frase del análisis de Jacobsen y Zhang:
“…si analizamos estrategias de trading de diferentes horizontes temporales, la evidencia de Reino Unido revela que los inversores con un horizonte temporal largo van a tener más probabilidades de batir el mercado. Por ejemplo, con un horizonte temporal de cinco años, la probabilidad de batir el mercado según el indicador de Halloween es de 80% y alcanza el 90% si ampliamos el horizonte a 10 años".
¿Quién no querría estas probabilidades?