Aprovechando que es un tema de actualidad, les voy a hablar del Cupo Vasco y del Concierto Económico, ya que en definitiva es una cuestión de índole económica y no se aparta de la temática del blog.
Fuentes: se ha utilizado El País y Europa Press para una serie de datos.
El Concierto Económico es el sistema de financiación propio del País Vasco, en virtud del cual se establecen y regulan las relaciones financieras y tributarias entre el País Vasco y el Estado español, todo ello debidamente reconocido por la Constitución de 1978.
El cupo se podría definir como la contribución que tiene que afrontar y pagar el País Vasco al Estado español para sufragar las competencias que el Estado presta en beneficio de los residentes de esta Comunidad Autónoma al no haber sido transferidas (los gastos de embajadas en el exterior, museos nacionales, Defensa, Exteriores, la Corona, intereses de la deuda, etc). Este cupo se establece cada 5 años y se actualiza cada año mediante un índice de actualización, si bien es cierto que desde el año 2007 no se ha renovado, más que nada por no haberse alcanzado un consenso o pacto entre el Estado y el Gobierno de Euskadi.
Todo este tema del Concierto económico vasco viene de nada más y nada menos que el año 1878 tras las últimas guerras carlistas. El Estado, que necesitaba imperiosamente dinero tras tantos años de guerras, llegó a un acuerdo con las administraciones vascas para que le diesen parte de los impuestos que pagaba la burguesía vasca y así surge el Cupo vasco. Posteriormente, durante el franquismo, se suspendió el concierto económico en Bizkaia y Gipuzkoa, pero con la Transición todo volvió a la normalidad.
Esta aportación del Cupo vasco se ha de calcular y no es un proceso fácil, y menos aún transparente. En realidad su cálculo es sobre el peso del Producto Interior Bruto (PIB) del País Vasco en el del conjunto del Estado (viene a ser actualmente entre el 6,15% y el 6,24 %). De esta manera, el País Vasco debe pagar al Estado el 6,24% de la renta estatal (1,6% en el caso de Navarra). Lo curioso es que este porcentaje lleva en vigor desde el año 1982, pero nadie duda de que está más que anticuado, entre otras razones porque el peso de Euskadi sobre el conjunto del Estado se ha incrementado desde entonces.
La mecánica se basa en que las tres diputaciones forales vascas recaudan todos los impuestos en el País Vasco (IRPF, IVA, Sociedades, Especiales) y acto seguido entregan al Estado una cantidad por los gastos acordados en el Cupo, por lo que se puede decir que las diputaciones deciden cuál es el nivel de impuestos que deben pagar sus ciudadanos (eso sí, cumpliendo una obligación, que la presión fiscal sea similar a la del resto del Estado). Como pueden ver, es justo al revés que en el resto de Comunidades Autónomas, ya que en estos casos es la Agencia Tributaria la que recauda y luego reparte en función de los criterios del sistema de financiación autonómica.
La realidad es que este sistema otorga un enorme privilegio a Euskadi y Navarra respecto al resto de Comunidades Autónomas, rompe claramente con el principio de igualdad o el de solidaridad proporcional, porque si bien es cierto que aportan dinero, es insuficiente, entre otras razones porque en materia fiscal Euskadi tiene un mayor poder fiscal que la media, pero en cambio aporta menos que la media. Evidentemente todo es legal, de hecho está reconocido en la Constitución española, pero la polémica no va con el tema del Concierto Económico, sino con el método que se aplica para calcular el Cupo Vasco, ya que las cantidades no obedecen a la realidad.