Ha llegado mayo...pero aún no se ha ido.
Como decía Peter O´Toole en la inolvidable Lawrence de Arabia, “nada está escrito”. Desde luego, no lo está en los mercados financieros y, por ello, nada determina que el mes de mayo, el mes bajista por excelencia, deba hacer realidad la tradición de sell in may, and go away. Pero lo cierto es que, este mes de mayo en concreto, se presenta ante nosotros con una brisa que invita a una razonable prudencia.
Y es que prácticamente desde las elecciones estadounidenses del pasado noviembre, los mercados han encadenado una increíble recuperación de la mano de expectativas racionales de mejora económica, apoyadas por los bancos centrales con sus políticas monetarias ultralaxas. Todo ello enmarcado en un cuadro en el que la menor tensión geopolítica y, sobre todo, la clara confianza en el éxito de las campañas de vacunación, actuarán para devolvernos a una razonable normalidad en un plazo relativamente corto.
Esta impresionante carrera de seis meses ha provocado que, a día de hoy, buena parte de las bolsas mundiales se encuentren en zona de máximos, sostenidos por unos multiplicadores igualmente elevados. Es más, resulta bastante sintomático que la sobrecompra se haya mantenido alta durante semanas en bastantes índices. En condiciones normales, éstas son circunstancias que deberían hacernos pensar en algún tipo de corrección a corto plazo, al menos, para coger nuevo impulso.
Si esto no ha ocurrido se debe en buena medida a los datos macroeconómicos que se están publicando, que muestran una recuperación mucho más que razonable y por encima de expectativas, especialmente en Norteamérica. Ello da margen a pensar que la mejora de la actividad económica se traducirá en un incremento del beneficio empresarial, lo cuál resulta desde todo punto de vista, lógico.
El problema en este caso puede aparecer como una suerte de “corrección por exceso de éxito” debido al encadenamiento de datos positivos. En algunos países, como en EE.UU., excepcionalmente positivos. Si las buenas expectativas macroeconómicas no solo se cumplen sino que se ven superadas (y quién puede decir que no, tras lo visto en las últimas semanas), es posible que el temor a un incremento de precios no contenido ejerza presión al alza sobre la curva de bonos y ésta a su vez, a la baja, sobre el multiplicador bursátil. Es decir, un escenario de corrección en bonos y acciones a corto plazo.
Esta tesis que, de momento, no cotiza, se ve respaldada por el reciente anuncio del Banco de Canadá, el primero que admite que, de seguir así la recuperación, es posible que se vea obligado a subir tipos en la segunda mitad de 2022. La pregunta que surge es cómo se podría tomar el mercado ahora, no tanto un anuncio similar en la FED (bastante improbable, por cierto), sino un incremento de las expectativas de que pudiera producirse dicho anuncio.
Aparte de eso, como decíamos al comienzo, está mayo. Debemos ser conscientes que llevamos meses de buen comportamiento de mercado. En ese sentido, no sería de extrañar que el propio impulso inversor empiece a dar alguna muestra de agotamiento. Lo estamos viendo de manera tímida en emergentes y también en el IBEX, que ha frenado en cierto grado su recorrido, en su momento favorecido por la rotación de activos.
En otras palabras, aumenta la sensación de un posible ajuste técnico y puntual del mercado. Por otra parte, la probabilidad de una fuerte caída en 2021, con las previsiones actuales y obviando posibles cisnes negros, es relativamente baja. Y ello se debe, de nuevo y en gran medida, a los bancos centrales.
Porque tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo tienen muy claro cómo se puede combatir la inflación, si es que llega: Lo han hecho muchas veces, con más que razonable éxito: basta con subir tipos, meter a la economía en un bajo crecimiento (incluso recesión) y ya tienes los precios contenidos. El tema es que tanto la FED como el BCE llevan más de una década buscando inflación. ¿Resulta verosímil que, cuando por fin la alcanzan, se dediquen a combatirla con absoluto denuedo y desde su misma génesis, cargándose por el camino buena parte de la recuperación económica? Es poco probable. En ese sentido, no sabemos si llegará el famoso sell in may. Pero si llegara, y en ausencia de cambios en otras variables (ceteris paribus, que se decía en la facultad) tal vez haya que enfocarlo como una posible oportunidad de compra.