El dólar está sometido a una nueva presión bajista tras los débiles datos de IPC publicados el viernes. El dato general se situó en el 1,7% interanual, mientras que el mercado esperaba un 1,8%. La inflación subyacente, que excluye para su cálculo los componentes más volátiles, se mantuvo estable en el 1,7%, igualando las expectativas. Es indudable que el informe no es un elemento de cambio, ya que el debilitamiento de las presiones inflacionarias no es un secreto; sin embargo, esta es otra señal de alarma que está llamando a la Reserva Federal (Fed) a tomarse con calma el ajuste.
Las actas de la reunión de julio del FOMC se darán a conocer este miércoles y probablemente muestren que la presión anémica de la inflación ha mantenido a los miembros de la Fed en estado de alerta. No esperamos que la institución monetaria eleve los tipos de interés en septiembre. Sin embargo, es indudable que Yellen dará más detalles debido a la reducción del balance. Este podría ser un momento tan bueno como cualquier otro para fijar una fecha concreta para el inicio de estas medidas.
El EUR/USD rebotó a un máximo de 1,1847 el viernes por la tarde y se ha estabilizado en torno a 1,1820 desde entonces. Las ventas minoristas de julio se publicarán en la jornada de hoy. Se espera que la medida general haya aumentado un 0,4% intermensual en comparación con la contracción del 0,2% del mes anterior, mientras que las ventas, excluyendo autos y gasolina, deberían aumentar un 0,4% intermensual, en comparación con una disminución del 0,1% en junio.
Una cifra sólida de esos indicadores podría encender una recuperación del dólar, ya que sería un buen augurio para el consumo en Estados Unidos y, en cierta medida, para la inflación.