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La tesis alcista del bitcoin (II)

Publicado 02.04.2018, 13:32
Actualizado 09.07.2023, 12:32
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Los atributos de un buen depósito de valor

Cuando los “depósitos de valor” compiten entre sí, son las propiedades específicas de cada uno las que inclinan la balanza hacia una u otra moneda, aumentando poco a poco la demanda de la ganadora. A pesar de que distintos bienes se han utilizado como depósito de valor o “proto moneda”, ciertos atributos han ido siendo más demandados, permitiendo que los bienes que poseían dichos atributos desplazasen al resto.

El depósito de valor ideal debe ser:

  • Duradero: No debe corromperse o ser destruido con facilidad. Por esta razón, el trigo no es un depósito de valor ideal.
  • Portátil: Debe ser fácil de transportar y almacenar, permitiendo protegerlo de una posible pérdida o robo y al mismo tiempo facilitando su intercambio a largas distancias. Una vaca es menos ideal que un brazalete de oro.
  • Intercambiable: Cualquiera de sus unidades debe poder ser reemplazada por otra sin que su valor se modifique. Sin este atributo no podemos resolver el problema de la “doble coincidencia de necesidades” (explicada en la parte 1). En este sentido, el oro es mejor depósito de valor que los diamantes, que difieren entre sí no solo en su forma sino también en su calidad.
  • Verificable: Su autenticidad debe poderse verificar rápida y fácilmente. Comprobar de forma sencilla que la pieza es auténtica brinda confianza a ambas partes de una transacción, incrementando las posibilidades de que la misma se lleve a cabo.
  • Divisible: Una unidad debe poder subdividirse fácilmente en unidades más pequeñas. Aunque este atributo era menos importante para las sociedades primitivas donde el comercio era menos frecuente, fue ganando importancia a medida que el comercio se expandió y las cantidades a intercambiar se hicieron más pequeñas y precisas.
  • Escasez: Tal como lo definió Nick Szabo, un bien monetario debe tener un “coste infalsificable”, es decir, el bien no debe ser abundante ni fácil de obtener o producir en cantidades. La escasez es tal vez el atributo más importante de un depósito de valor debido al deseo, innato de la humanidad, por atesorar aquello que es raro. Es lo que realmente hace valioso a un depósito de valor.
  • Historia establecida: Cuanto más tiempo la sociedad cree que un objeto es valioso, más interesante resulta para almacenar riqueza. Un depósito de valor “de toda la vida” será difícil de reemplazar por uno nuevo, a menos que se utilice la fuerza o que el nuevo bien posea ventajas significativas entre los atributos mencionados anteriormente.
  • Resistente a la censura: En nuestra sociedad digital, donde cada vez somos más vigilados, este es un atributo nuevo que ha ganado importancia. Se refiere a la dificultad para que un tercero, como una corporación o un gobierno, expropie el bien o evite que el dueño pueda usarlo. Bienes que son resistentes a la censura son perfectos para quienes viven bajo regímenes que imponen controles al capital o prohíben otras formas de comercio.

En la siguiente tabla se comparan el bitcoin, el oro y una moneda fiat (como pueda ser el dólar) según los atributos mencionados anteriormente. A continuación explicaremos la razón de cada puntuación:

Bitcoin vs. oro vs. moneda fiat

Durabilidad:

El oro es el rey indiscutible de la durabilidad. La gran mayoría del oro que ha sido minado o monetizado, incluyendo el oro de los Faraones Egipcios, aún existe y muy probablemente seguirá disponible dentro de mil años. Las monedas de oro utilizadas como dinero en la antigüedad aún mantienen un valor significativo. El dinero fiat y el bitcoin son fundamentalmente registros digitales que pueden tomar forma física (como papel moneda o billetes). Por lo tanto, no es la durabilidad de sus manifestaciones físicas lo que debemos considerar (un billete de dólar deteriorado puede cambiarse por uno nuevo), sino la durabilidad de la institución que lo emite.

En el caso de las monedas fiat, muchos gobiernos fueron y vinieron con el paso del tiempo, y sus monedas desaparecieron con ellos. Los billetes de la República de Weimar perdieron todo su valor debido a que la institución que los emitió ya no existe. Si nos fijamos en la historia, sería ingenuo de nuestra parte pensar que las monedas fiat son duraderas a largo plazo, siendo el dólar americano y la libra inglesa un par de anomalías en lo que a durabilidad se refiere. Bitcoin no es emitido por ninguna institución, por lo que consideraremos que su durabilidad está condicionada a la existencia de la red que lo protege.

Como el bitcoin aún está en su infancia, es pronto para deducir conclusiones respecto a su durabilidad. Sin embargo, existen señales alentadoras, ya que a pesar de los intentos de varios gobiernos de imponer regulaciones y continuos ataques de hackers durante años la red continúa funcionando, demostrando un cierto grado de “antifragilidad”.

Portabilidad:

Los bitcoins son el depósito de valor más portátil que ha existido nunca. Llaves privadas que representan cientos de millones dólares pueden almacenarse en un pequeño dispositivo USB y transportarse fácilmente a cualquier lugar. Es más, cantidades igual de valiosas pueden transferirse casi instantáneamente entre personas en polos opuestos del planeta. Las monedas fiat, siendo fundamentalmente digitales son también altamente portátiles. Sin embargo, las regulaciones gubernamentales y controles de capital implican que las transferencias de grandes cantidades tardan días o son, incluso, imposibles.

Puede utilizarse efectivo para evitar los controles de capitales, pero el riesgo de almacenarlo y el coste de transportarlo se vuelven significativos. El oro, al ser físico y muy denso es, con diferencia, el menos portátil. Transferir oro a largas distancias es caro, arriesgado y lento. Es por esto que los lotes de oro raramente se transportan, y cuando se utilizan en transacciones, lo que se transfiere es el título de propiedad y no el oro en sí.

Intercambiabilidad:

El oro es el modelo ideal en cuanto a intercambiabilidad. Cuando se funde, una onza de oro es indistinguible de cualquier otra onza, y como tal se ha comerciado siempre el oro en los mercados. Por otro lado, las monedas fiat son intercambiables en la medida en que la institución emisora lo permite. Lo normal que en los mercados un billete fiat sea tratado como cualquier otro por los comerciantes, pero hay casos en que los billetes de altas denominaciones son tratados de forma distinta que los billetes de menor valor.

Por ejemplo, el gobierno Indio, en un intento por acabar con los mercados no oficiales donde no se paga impuestos, decidió desmonetizar sus billetes de 500 y 1000 rupias. La desmonetización hizo que los billetes de 500 y 1000 rupias se cotizarán a un valor menor que el impreso, disminuyendo su intercambiabilidad por otros billetes de menor denominación. Los bitcoins son perfectamente intercambiables al nivel de protocolo: cada bitcoin es tratado de la misma forma que otro al ser transmitido por la red bitcoin.

Sin embargo, como los bitcoins son rastreables en la cadena de bloques (blockchain), un bitcoin en particular podría “ensuciarse” al ser utilizado en comercio ilícito y otros comerciantes y casas de cambio podrían sentirse obligados a no recibir bitcoins “sucios”. Sin mejoras a la privacidad y el anonimato del protocolo de la red bitcoin, los bitcoins no pueden considerarse tan intercambiables como el oro.

Verificabilidad:

En la mayoría de los casos resulta sencillo verificar la autenticidad tanto del oro como las monedas fiat. Aún así, a pesar la aplicación de medidas para impedir la falsificación de billetes, los estados y sus ciudadanos corren el riesgo de ser engañados por billetes falsos. El oro tampoco es inmune a ser falsificado. Criminales sofisticados han utilizado tungsteno bañado en oro para engañar a inversores haciéndoles creer que compraban oro real.

A diferencia del oro y las monedas fiat, la autenticidad de los bitcoins puede verificarse con una certeza matemática. Quien posee bitcoins puede demostrar la cantidad de bitcoins que posee utilizando firmas criptográficas.

Divisibilidad:

Los bitcoins pueden dividirse hasta una cienmillonésima parte de un bitcoin y transferirse en esas mínimas cantidades (aunque las comisiones de la red pueden encarecer la transferencia de cantidades muy pequeñas haciéndolas inviables económicamente hablando). El dinero fiat típicamente se divide en monedas pequeñas (cambio) que tienen muy poco poder adquisitivo, por lo que se puede decir que su divisibilidad en la práctica es suficiente. El oro en cambio, aunque puede dividirse físicamente, es difícil de utilizar en cantidades tan pequeñas como para ser útil en el día a día.

Escasez:

El atributo que más claramente distingue al bitcoin de las monedas fiat y el oro es su escasez predeterminada. Por diseño sólo pueden ser creados 21 millones de bitcoins. Esto permite a quien posea bitcoins saber con certeza cuál es su porcentaje de la cantidad total. Por ejemplo, el dueño de diez bitcoins sabe que no más de 2,1 millones de personas en el planeta (menos del 0,03% de la población mundial) pueden tener tantos bitcoins como el.

Aunque el oro sigue siendo históricamente escaso, no es inmune a incrementos en su cantidad total. Si se descubriera un nuevo método para minar o producir oro que fuera económicamente viable, la oferta de oro aumentaría dramáticamente (por ejemplo minas en el lecho marino o en asteroides).

Finalmente, aunque el dinero fiat es una invención relativamente nueva en la historia, está comprobado que la cantidad en circulación tiende a sufrir constantes incrementos. Los gobiernos de todo tipo han demostrado no poder resistir la tentación de aplicar medidas inflacionarias a sus monedas para solucionar problemas políticos de corto plazo, así que los poseedores de dichas monedas tienen la certeza de que el valor de sus ahorros disminuirá con el paso del tiempo.

Historia establecida:

Ningún bien monetario tiene una historia tan larga y conocida como la del oro, que ha sido atesorado desde que la civilización humana existe. Hoy en día las monedas antiguas aún mantienen un valor significativo. En el extremo contrario tenemos el dinero fiat, que es una reciente anomalía histórica. Desde su invención, las monedas fiat han tendido a perder todo su valor con el tiempo, prácticamente en todos los casos.

El uso de la inflación como una forma “invisible” de cobrar impuestos a los ciudadanos es tan políticamente rentable que pocas naciones en la historia han podido resistir. Si el siglo 20, en el cual el dinero fiat afirmó su dominio sobre el orden monetario global, ha establecido alguna verdad económica es que no podemos confiar que las monedas fiat mantendrán su valor a largo plazo, ni tan siquiera a medio. A pesar de su corta existencia, Bitcoin ha superado tantas pruebas en los mercados que existe una alta posibilidad de que su valor como activo no desaparezca a corto plazo.

Es más, el efecto Lindy sugiere que cuanto más tiempo sobrevive, mayor será la confianza de la sociedad en que seguirá existiendo en el futuro. En otras palabras, la confianza de la sociedad en los bienes monetarios tiene una naturaleza asintótica, como ilustra el siguiente gráfico:

Bitcoin vs. oro

Si el bitcoin existe durante 20 años, habrá una confianza casi universal en que existirá para siempre, al igual que la gente cree que Internet es una característica permanente del mundo moderno.

Resistencia a la censura:

En sus inicios, uno de los principales usos de bitcoin fue la compraventa ilícita de drogas. Por ello, mucha gente asumió erróneamente que la demanda primaria de bitcoins se debía a su aparente anonimato. En realidad el bitcoin dista mucho de ser una moneda anólnima: cada transacción transmitida por la red bitcoin queda grabada para siempre en una cadena de bloques (blockchain) pública. El registro histórico de transacciones permite un análisis forense para identificar el origen de un flujo de fondos. Un análisis similar permitió la detención de uno de los responsables del famoso robo a MtGox.

Si bien es cierto que una persona suficientemente diligente y cuidadosa puede ocultar su identidad al usar bitcoins, esta no es la razón por la que esta moneda fue tan popular en el tráfico de drogas. El atributo clave de Bitcoin que lo hace interesante para su uso en actividades prohibidas es que no requiere ningún permiso a nivel de red. Cuando los bitcoins son transmitidos en la red bitcoin no existe ninguna intervención humana decidiendo si debe o no permitirse una determinada transacción.

Al ser una red entre pares (p2p) y distribuida, el bitcoin está diseñado para ser resistente a la censura por naturaleza. Esto contrasta radicalmente con el sistema bancario actual donde los estados regulan a los bancos y otros guardianes del flujo de dinero, obligándolos a reportar y prevenir usos prohibidos de los bienes monetarios. Un ejemplo clásico de la transferencia de dinero regulada son los controles de capital. Por ejemplo, un millonario puede encontrar muchas dificultades para transferir sus riquezas a un nuevo domicilio si desea escapar de un régimen opresor.

A pesar de que el oro no es emitido por ningún estado, su naturaleza física dificulta la transferencia a distancia, haciéndolo más susceptible a regulaciones estatales que el bitcoin. La Ley de Control de Oro en India es un ejemplo de dichas regulaciones.

El bitcoin puntúa notablemente bien en la mayoría de los criterios de referencia que hemos usado. Esto le permite competir con ventaja frente a otros bienes monetarios modernos y antiguos, ofreciendo un fuerte incentivo para su creciente adopción. Particularmente la potente combinación de resistencia a la censura y escasez absoluta son una poderoso razón por la que muchos inversores colocan una parte de su riqueza en este nuevo activo.

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