Cuando se habla de petróleo, el ministro de energía saudí generalmente tiene la última palabra. Esto ha quedado demostrado este mismo martes cuando Khalid al-Falih, que ha presidido el Ministerio de Energía de Arabia Saudí los últimos tres años y medio, prometió que el Reino extraerá todo el petróleo necesario para garantizar un ajuste mínimo del suministro de petróleo cuando las sanciones de Estados Unidos sobre las exportaciones de petróleo iraní entren en vigor dentro de 11 días.
Arabia Saudí podría terminar provocando un descenso de entre 1 y 2 millones de barriles al día por encima de la producción actual, añadió Falih para más detalles. Eso supone entre uno y tres cuartos de los 2,71 millones de barriles al día producidos diariamente por Irán en su pico registrado en mayo. Si el excedente de barriles de Arabia Saudí resulta tal y como ha prometido, y la producción de Rusia y Estados Unidos también aumenta como se espera, el impacto de las sanciones iraníes sobre países consumidores de petróleo podría ser mucho más manejable, o incluso apenas perceptible.
Mayor venta masiva de petróleo de los últimos tres meses
Tan fiable era palabra del ministro saudí sobre el aumento de producción que hizo descender casi un 5% los precios del crudo en el mismo día, lo que terminó siendo la mayor caída intradía en tres meses; tal vez no era lo que pretendía, dado que el descenso de los precios del petróleo no benefician realmente a un productor de petróleo tan grande como Arabia Saudí.
Pero la potencia de las proclamas de Falih sobre el petróleo también quedó clara en septiembre cuando rechazó públicamente los llamamientos del presidente Donald Trump a Arabia Saudí de elevar la producción para atemperar los precios del petróleo, que rondaban máximos de cuatro años. Trump en aquel momento acusó al grupo de la OPEP, liderado por Arabia Saudí, de "saquear al resto del mundo" encareciendo los precios en el período previo a las elecciones de mitad de mandato que se celebran en Estados Unidos en noviembre.
Aunque los medios de comunicación afirmaban los días posteriores al arrebato de Trump que los saudíes y los rusos tenían un acuerdo privado para elevar la producción y frenar el repunte del petróleo, la respuesta pública de Falih al presidente fue: "Yo no tengo influencia en los precios". Contrariamente a lo que dijo, los precios del petróleo se dispararon un 3% durante la siguiente jornada de negociación a sus declaraciones.
No siempre ha sido así
Sin embargo, ha habido también momentos en los que el ministro de energía saudí no ha tenido la última palabra en cuanto al petróleo. Concretamente Falih encontró dificultades para lograr que el mercado aceptara su discurso sobre el crudo durante sus primeros días en el cargo allá por 2015, cuando los precios se deslomaban casi a diario a causa de una superabundancia a escala mundial. En su apogeo, la crisis del precio del petróleo de 2014-2017 arrasó con el 75% del valor del mercado, ensombreciendo también la ilustre carrera del precursor de Falih Ali Al-Naimi, que ejerció durante nada menos que 30 años el cargo de ministro de energía de Arabia Saudí.
Históricamente, el embargo de petróleo de 1973 iniciado por Arabia Saudí tuvo resultados dispares para el Reino Unido y la OPEP. Esto desembocó en Falih prometiendo el martes no repetir aquello sino más bien adoptar un papel más responsable como principal exportador de petróleo del mundo.
Lo que nos lleva a su compromiso actual y el efecto contrario que tendrá en el deseo expreso de Arabia Saudí de mantener los precios del petróleo estables entre 70 y 80 dólares por barril.
WTI podría romper por debajo de 60 dólares, Brent debajo de 70 dólares
Si los analistas técnicos están en lo cierto, el petróleo del West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos probablemente superen la barrera importantísima del nivel de soporte de 65 dólares por barril y luego caerá hasta los 60 dólares o incluso más. Del mismo modo, el Brent, el petróleo de referencia global, podría dejar atrás el nivel de apoyo de 75 dólares o bajar hasta los 70 dólares. El WTI se ha situado por debajo de 60 dólares en marzo mientras que el reinado anterior del Brent por debajo de 70 dólares fue en abril. Aunque ambos indicadores han mostrado una ganancia anual de cerca del 30% el mes pasado, la venta masiva de las últimas dos semanas ha reducido eso a la mitad.
Aparte de los técnicos, cuatro semanas de aumento desmedido de la producción —y contando— han dejado las reservas de crudo de Estados Unidos con un inesperado superávit de más de 22 millones de barriles que también están lastrando los precios.
Y las garantías de Falih de un aumento del suministro —un antídoto para el factor miedo en torno a las sanciones de Irán y el temprano repunte del petróleo de este año— podrían continuar en su intento de endulzar la visión del Reino de cara al resto del mundo tras la ira suscitada a escala mundial tras el asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
Arabia Saudí: una nación 'en crisis'
Arabia Saudí era una nación “en crisis” tras el “abominable” homicidio de Khashoggi, afirmaba Falih el martes antes de entrar en detalles sobre cómo el primer exportador de crudo mundial, que ya produce más de 10 millones de barriles al día, iba a ayudar con un aumento de suministro.
La inusual situación del ministro de energía saudí no pasó desapercibida entre los traders del petróleo el martes.
John Kilduff, socio del fondo de cobertura energética Again Capital de Nueva York, dijo:
"Quieren que se los vea como el alumno aplicado del mercado y están sobrecompensando el suministro para distraer la atención del tema de Khashoggi. Eso no puede ser bueno para los precios”.
Dominick Chirichella del Instituto de Gestión de la Energía de Nueva York, dijo que ha decidido mantener la cautela en cuanto a las previsiones a corto plazo del petróleo, en parte debido al “tono pesimista del discurso saudí sobre los aumentos de la producción".