En otra época de mi vida, cuando estaba trabajando como responsable comercial para una empresa de componentes industriales del sector HVAC (Ventilación, Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado ) tenía un compañero que habitualmente me decía: los clientes quieren que les mientas. Nunca llegué a entender su frase hasta años más tarde. Y sí, rotundamente sí. Preferimos que nos mientas antes que nos digan “no lo sabemos”. El cliente prefiere que le digas que tal pedido llegará el día X (aun sabiendo que es imposible que llegue) a que le digas que no sabes cuando le llegará.
Ayer, Jerome Powell, nos dijo que no se espera recesión. ¿Qué credibilidad me genera esta persona y todo su sequito de economistas cuando hace solo 8 meses nos dijo que la inflación sería transitoria?
¿Alguien recuerda si en los 109 años desde la creación de la Reserva Federal han predicho alguna recesión a pesar de que éstas se producen cada cierto tiempo?
Creo que la Fed está maquillando demasiado los datos macro. Demasiado maquillaje para no asustarnos. Creo que, como en otros hábitos de la vida, está edulcorando su mensaje para no generar pánico. Pero creo que se equivoca. Creo que es mejor que se deje de buenas palabras, de mensajes “soft” y diga las cosas por su nombre.
Creo que, si se dejaran de banda estos mensajes más paternalistas y reflejara con mayor precisión la situación, está claro que inicialmente pudiera generar una situación de pánico, pero, por el contrario, nos pondríamos antes manos a la obra para solucionarlos. Ganaríamos tiempo al tiempo. Mientras tanto, lo que estamos realizando es enquistar la situación.
Les invito a realizar el siguiente ejercicio. Visualicen el video del debate económico entre Pedro Solbes y Manuel Pizarro que se produjo el 21 de febrero del 2008 en el marco de las Elecciones Generales del Marzo del 2008 de España. ¡Visto en perspectiva, asusta! El querer negar una situación, el querer tapar las anomalías económicas que ya se estaban produciendo, el querer no asustar al ciudadano, por parte de Pedro Solbes (ministro de Economía por aquel entonces) condujo a qué la respuesta de España a lo que se avecinaba fuera de poco calado.
Ayer, escuchando a Jerome Powell, me vino a la mente ese debate. Hoy lo he vuelto a ver. Cada vez estoy más convencido que cuanto más preparado está una persona, cuanto mayor es su poder, cuanta mayor es su responsabilidad, menos sabe interpretar la realidad.
Puede que yo me esté equivocando. Puede que “por arte de magia” la inflación baje repentinamente a niveles más asumibles y me tenga que tragar mis palabras. Si es así, bienvenido sea. No tendremos que pasar por una recesión. Si no es el caso, ya saben lo que nos espera. No tengo problemas en ir adaptando mis inversiones ya sea que se produzca la situación A o la situación B. Porque, al fin y al cabo, aquí no se trata de tener la razón, sino de ganar dinero.