La volatilidad del mercado estadounidense continúa cayendo y haciendo historia, junto con la política de reflación de activos que se mantiene en plena forma, hipnotizando al mercado. Haciendo historia por haber alcanzado niveles mínimos históricos, algo inferiores a los registrados hace más de dos décadas.
Nos encontramos en un momento en el que los rendimientos de la deuda también cotizan en mínimos, los de la deuda de baja calificación (High Yield) y la deuda basura (Junk) han caído fuerte desde los máximos de la crisis. Inversamente, los precios de ambos han recuperado gran parte del terreno perdido durante la purga de 2008-2009 pero sin alcanzar los máximos de entonces.
Vean los gráficos de ambos y las pautas que vienen desarrollando en los últimos doce meses, muestran agotamiento de la tendencia y dificultades para continuar al alza, también para caer, desplegando típicas formaciones técnicas de techo -cuña ascendente- que suelen anticipar corrección, vean:
En las últimas 6.000 sesiones de contratación de la bolsa estadounidense, contados desde principios de los años 90, el índice de volatilidad implícita del S&P 500, conocido como índice Vix, ha cerrado por debajo de 10 sólo 26 veces, un 0,4% del total.
¡Un 61% de esas 26 veces, es decir 16, se ha producido en los últimos 3 meses!
El Financial Times se refiere a esta particular situación como “el mercado más lento en 90 años”.
Así las cosas, los inversores han sido aleccionados al estilo Paulov para diseñar estrategias de inversión dedicadas a comprar acciones y vender volatilidad. Los niveles de ponderación de los diferentes agentes del mercado (gestores, instituciones, inversores particulares…) en renta variable se han disparado, tal como explicamos en distintos post recientes.
Las apuestas de los inversores esperando caídas adicionales de la volatilidad, posiciones cortas de VIX, se han disparado también hasta alcanzar niveles extremo:
En este entorno de extremos también hay quienes observan estos extremos desde la Teoría Contraria y han elaborado estrategias con opciones para apostar de manera decisiva y multimillonaria por subidas rápidas de volatilidad, alzas del VIX, tal como expusimos en post de 25 de julio.
Una de las suposiciones más perniciosa que se puede asentar en la psique inversora colectiva es el desdén hacia la noción del riesgo. Después de nueve años de subidas bursátiles y con las bolsas extremadamente valoradas, más pronto que tarde regresará el riesgo y la complejidad a los mercados, justo cuando el nivel de complacencia y preparación de los inversores para defenderse está en mínimos.
Más perniciosa si cabe cuando el retorno esperado a medio largo plazo de una inversión en un mercado como el de hoy, más caro incluso que en los momento previos la crisis el 29, es negativo.
Ayer las bolsas volvieron a cerrar en positivo y el Dow Jones encadena ya diez sesiones consecutivas de alzas,
El S&P 500 consiguió arañar un 0,16% al alza, también suficiente para registrar nuevos máximos históricos y el Nasdaq, apoyado por intentos renovados del sector salud por recuperar lo perdido, se anotó medio punto porcentual, un +0,51% de subidas que, por otra parte, fueron insuficientes para introducir novedades al aspecto, estructura o escenarios técnicos de mayor probabilidad.
El mes de agosto ha comenzado con discrepancias entre índices, el Dow Jones caminando diez sesiones consecutivas al alza al estilo zombi, el S&P 500 estancado en zona de máximos y el Nasdaq intentando defenderse sobre su zona de soportes.
El Dow de Transportes no ha acompañado a su homólogo en la espantada “zombi”, suscitando dudas razonables por falta de confirmación, el Russell 2000 tampoco y el NYSE despliega una estructura técnica de gran interés.
Mantenemos abierta la estrategia que consideramos más adecuada para transitar por este mes de agosto que se presenta turbulento, de forma satisfactoria y con riesgo máximo perfectamente delimitado.