El mercado de divisas continúa en una suerte de pausa, con movimientos si bien algo amplios en algunos cruces principales, no suficientes para cambiar la dirección de los mismos en el corto y mediano plazo.
El euro logró hacer pie el martes durante la sesión americana de ayer, después de que autoridades del Banco Central Europeo afirmaran que pondrían bajo estudio la nueva propuesta elevada por Grecia a sus socios para solucionar el problema de su deuda. Esta tiene diversos vencimientos durante el mes en curso, y probablemente, lo que veamos sea una solución algo más global a lo que se ha dado hasta ahora, con salidas de corto plazo que solo sirvieron para ganar tiempo.
La divisa única atraviesa un momento particular: mientras muchos lo daban por derrotado hace unos cuantos meses, incluso quebrando su paridad ante el dólar, el plan de estímulo a la economía le dio aire, lejos de la fuerza devaluatoria que se supone podría tener una medida de este tipo.
La explicación viene de la mano de una mejora en ciertas mediciones de inflación, lejos aún de las metas del 2% que el BCE se fija, y de producción industrial en los países del norte europeo. Sin embargo, la tasa de desocupación se mantiene alta en el sur, y con pocos signos de cambio en el corto plazo.
Los gráficos que abarcan algunas semanas hacia adelante le darían la razón a quienes ven una recuperación mayor del euro antes de iniciar un nueva camino bajista: la temporalidad semanal ofrece señales claras de compra, que quedarán consolidadas al quiebre de 1,1465, el máximo de mayo, con objetivo inmediato en 1,1765, 61,8% del movimiento 1,2569/1,0461.
Si el precio se dirigiera a esa zona creemos, allí sí, que iniciará un rápido camino bajista, que a su vez coincidirá con un alza del dólar en todos los frentes. El alza de tipos de interés por parte de la Fed, que acapara la atención de los inversores, parece tomar forma para la reunión de septiembre. Esta medida, descontada por los mercados, le dio una enorme fuerza al dólar, sin que este alza se produjera.
Otra señal de aliento para el euro será no quebrar 1,12. Allí se encuentra también uno de los ratios de Fibo que abarca toda la historia del euro, y si bien ya ha superado este soporte a la baja varias veces, no ha logrado confirmar claramente en los gráficos mensuales dicho quiebre. Distinto será el panorama del euro si cae nuevamente debajo de 1,05: allí, la paridad 1 a 1 quedará a la vista.
La sesión americana no será la más atractiva desde el punto de vista de las oscilaciones de precios; pero a las 5:00 pm del este, ya prácticamente en la sesión asiática del jueves, el Banco de la Reserva de Nueva Zelanda anunciará sus tipos de interés.
El dólar neocelandés presenta una baja que abarca prácticamente un año, desde inicio de julio de 2014, prácticamente sin pausas. Las pérdidas del Kiwi, como se denomina a esta divisa, podrían extenderse a la zona de 0,6855, 50% del movimiento 0,4889/0,8832. Claro que, para ello, el anuncio del BRNZ deberá ser decepcionante para los mercados.
La institución es una de las pocas que elevó sus tipos de interés el año pasado y si, como lo indican los pronósticos, quedan sin cambios esta vez, la baja de la moneda local podría hacerse más clara aún.
Ya en plena sesión asiática, aproximadamente a la 1:30 del jueves, se conocerá el poderoso índice de producción industrial de China, que sí tendrá impacto directo en los precios, y que probablemente despierte del letargo a las divisas líderes.