La reunión del Banco Central Europeo (BCE) no aportó nada nuevo al panorama actual. El BCE ha mantenido sus tipos sin cambios y aumentó su previsión de crecimiento para los próximos años. Además, las autoridades creen que la inflación no alcanzará la meta para el año 2020. Esto es lo que llamamos “ganar tiempo” para que realmente la inflación siga su camino.
No fue una sorpresa que los miembros del BCE renovaran su compromiso con respecto al programa de compra de activos que se debería ejecutar hasta el próximo mes de septiembre. La cantidad agregada al suministro global de dinero cada mes es claramente enorme y el crecimiento es exponencial. Mario Draghi se mostró muy feliz por “el fuerte ritmo de expansión económica”, así como la habitual “mejora de las perspectivas de crecimiento”. Por desgracia, no hemos tenido una palabra en relación con el costo del crecimiento. La verdad es que un euro de crecimiento cuesta mucho más de lo que genera.
En cuanto a la Reserva Federal (Fed), la clave para el BCE es dejar correr la inflación sin elevar los tipos con el fin de matar la enorme deuda acumulada. Al afirmar que la inflación es demasiado baja, el BCE está vendiendo un mensaje moderado de que los mercados están demasiado felices para comprar, ya que los activos no paran de aumentar. Además, el BCE está ganando tiempo con la esperanza de que la inflación registre una mayor subida.