Si sabes lo que hay que hacer… ¿Por qué no lo haces? Ésta es la típica pregunta de alguien ajeno al trading al que le estás intentando explicar que tienes una ventaja para entrar al mercado, pero que no eres capaz de aprovecharla porque al final te acabas saltando las reglas que previamente habías establecido para ganar a largo plazo.
Todo aquel que lleva un tiempo intentando batir al mercado sabe que lo más difícil no es saber cuándo hay mayor probabilidad de acertar en una estrategia, sino seguir exactamente el plan marcado inicialmente. Podemos elaborar un sistema con esperanza matemática positiva en base a análisis técnico, pero si nos dejamos llevar por las emociones, al final no seremos capaces de seguirlo y en la práctica actuaremos como si no lo tuviésemos.
Entonces, volviendo a la misma pregunta, ¿por qué no hacemos lo que tenemos previsto, si sabemos que con ello tendremos éxito? ¿Somos tontos?… Pues por la misma razón que nos saltamos una dieta o por la misma razón que un jugador profesional sale de noche en vez de quedarse descansando para poder rendir mejor; la respuesta está en la recompensa inmediata. Estamos pensando, consciente o inconscientemente, más en el corto plazo que en el largo plazo.
Posteriormente, cuando no seguimos las reglas y perdemos en el mercado, no somos capaces de bajar de peso o no nos convocan al partido, entra normalmente el sentimiento de culpa/arrepentimiento y nos juramos una y otra vez que no nos va a volver a suceder. Sin embargo, estas situaciones se suelen repetir en el tiempo hasta que llegamos a una situación límite donde perdemos la cuenta, donde el médico nos dice que o bajamos de peso o corremos peligro, o donde nos echan del equipo.
Ante estas complicadas dificultades se pueden dar dos tipos de respuesta:
- Abandonar, y renunciar a aquello que no has podido conseguir.
- Echarle coraje al asunto, aprender de los errores y volver a intentarlo siendo un poco más sabios y disciplinados.
¿Eres de los que se rinden o de los que luchan hasta el final?