Las acciones de General Motors (NYSE:GM) están teniendo un año bastante positivo en el mercado: acumulan una ganancia de cerca del 25% en los últimos 12 meses.
Si bien se trata de un activo con niveles de riesgo por encima del promedio, existen motivos para pensar que el precio de entrada es aún bastante conveniente para los inversores en la compañía de automóviles.
Avanzando en la dirección correcta
La industria automotriz es una de las más desafiantes que existen, y muchas empresas del sector han enfrentado grandes pérdidas a lo largo de los años. Sin ir más lejos, tanto General Motors como otros jugadores de la industria en los Estados Unidos necesitaron ayuda gubernamental en 2009 para evitar un colapso total de sus operaciones.
Más allá de esto, General Motors ha recorrido un largo camino desde entonces, y ha implementado una serie de iniciativas importantes para mejorar sus niveles de productividad y rentabilidad, incrementando así su capacidad para enfrentar escenarios económicos adversos.
Según el equipo directivo de la firma, el punto de equilibrio para General Motors, o sea el volúmen de ventas sobre el cual la compañía no pierde dinero, se produce cuando la industria automotriz en los EE.UU. vende entre 10 y 11 millones de vehículos livianos por año.
En base a estimaciones de PwC, las ventas de la industria automotriz en los Estados Unidos durante el período 2018 - 2020 estarían en el rango de entre 16,5 y 17,6 millones de unidades anuales. Es decir, significativamente por encima de los niveles de equilibrio para la empresa.
Adicionalmente, el margen de rentabilidad operativa de General Motors se ha incrementado consistentemente en los últimos años, y la firma estima alcanzar un nivel de rentabilidad operativa del 10% sobre la facturación en el mediano plazo. Se trata de niveles de rentabilidad claramente saludables en comparación con los valores históricos de General Motors y con el promedio de la industria automotriz.
Una valuación atractiva
Uno de los principales puntos fuertes que presenta General Motors como alternativa de inversión tiene que ver con la valuación de las acciones. En función de diferentes ratios de valuación, el precio de entrada es bastante conveniente; además, la compañía está realizando generosas distribuciones de capital a los accionistas en forma de dividendos y recompras de acciones.
El ratio precio-ganancias para General Motors está en la zona de 9,5. En comparación, el ratio promedio para las compañías en el índice S&P 500 se encuentra en niveles de 22,3, mientras que el ratio precio-ganancias promedio en el sector automotriz es de 14,4. En el mismo sentido, General Motors cotiza a un ratio precio ventas de 0,4 contra un promedio de 2,2 para las compañías en el índice S&P 500 y un ratio precio-ventas promedio de 0,6 para las empresas del sector automotriz.
Lo cual es muy importante, General Motors paga actualmente una rentabilidad por dividendos del 3,4%, mientras que la rentabilidad promedio en el índice S&P 500 es de 1,8% y el promedio de rentabilidad por dividendos de la industria está en la zona del 2%. Adicionalmente, la compañía asignó cerca de 4.000 millones de dólares a recompras de acciones en el último año.
Incluyendo tanto los dividendos como las recompras de acciones, los accionistas en General Motors están recibiendo distribuciones de capital por cerca del 10% sobre el valor bursátil de la compañía. Se trata claramente de valores más que atractivos, especialmente en un contexto de tasas de interés históricamente bajas en todo el mundo.
Mirando hacia el futuro
Las acciones de General Motors marcaron nuevos máximos de precios en el mes de octubre por encima de 46 dólares por acción. Posteriormente se observa un ajuste de precios que por ahora, encuentra soporte en niveles cercanos a 41,8 dólares por unidad.
En la medida en que se mantenga vigente el mencionado soporte de 41,8, la acción de precios puede considerarse constructiva, y el escenario más probable es un nuevo testeo de los máximos del año. En caso contrario, una ruptura por debajo de 41,8 podría generar caídas adicionales hacia la zona de 38,3 dólares por acción, nivel que funcionó como resistencia en múltiples ocasiones a principios del año en curso.
Por el lado de los riesgos, existen cuestiones fundamentales que no pueden soslayarse. En primer lugar, General Motors opera en una industria especialmente complicada y desafiante. Los márgenes de rentabilidad en el sector automotriz son particularmente bajos y las compañías en la industria deben enfrentar grandes necesidades de reinversión para mantener sus niveles de eficiencia productiva.
Adicionalmente, la demanda de vehículos es bastante cíclica en función de los niveles de actividad en la economía y la confianza de los consumidores. En el mismo sentido, las fluctuaciones en los precios del combustible son un factor de incertidumbre que puede afectar los volúmenes de venta a escala internacional.
Queda claro entonces que una posición en General Motors implica niveles de riesgo por encima del promedio, especialmente debido a la dinámica de la industria y su sensibilidad económica.
Aclarado esto, el precio de entrada es claramente atractivo, la rentabilidad por dividendos es un fuerte incentivo para los inversionistas, y los fundamentos del negocio están avanzando en la dirección correcta. En base a estas consideraciones, puede decirse que las acciones de General Motors presentan un potencial considerable de revalorización a mediano plazo.
Fuente: DIF Markets